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12/05/2019

a-e-i-o-u... más sabe el burro que tú.

Ese era el estribillo que solíamos recitar en la escuela. Lo repetíamos de manera inocente, sin darle mucha importancia y -lo que es peor- sin mirar al fondo de su connotación. Hoy, al conocer el deshonroso puesto que ocupamos entre los países analfabetas de Latinoamérica, lo he recordado con cierta amargura y desazón al pensar en mis dos hijos, aún estudiantes de bachillerato.

De veras que son muchos los factores y circunstancias a tener en cuenta al analizar la educación… la mala educación que se imparte en Colombia. Los programas, los formadores, los estudiantes, los padres, el entorno, las condiciones, en fin: ese conjunto de factores y actores de la comunidad responsable de decirle a la juventud lo importante que es estudiar para llegar a ser alguien en la vida. Porque esa es la frase retadora con la que nos empujan como reses, sin que nos indiquen qué es lo que se debe estudiar y cómo se debe estudiar para ser "alguien en la vida".

Recuerdo con mucho desagrado a aquél profesor que me preguntó en 1965 (para calificar, no para evaluar) con cuáles países limitaba Suiza. Libreta en mano, como si empuñara un arma de exterminio intelectual, se quedó mirándome con ojos perversos. Yo, consecuente con mi condición de vago en ciernes, no había estudiado; es decir, no había memorizado la lección de geografía. Y en vez de dar una respuesta salida de la imaginación, le hice entender con mi silencio que no sabía absolutamente nada al respecto. El profe, muy enojado, me preguntó: ¿Usted sabe para qué está estudiando? Solo atiné a responder que para hacer crucigramas como mi papá. Lo dije por mamarle gallo, por dármelas de gracioso. Sin embargo, cuarenta y cinco años después encuentro que mi respuesta no fue del todo irreverente y sí muy ilustrativa, pues el sistema educativo en Colombia, desde los tiempos de upa, está diseñado para memorizar unos datos cuya utilidad práctica queda reducida a eso: a la resolución de crucigramas.

Sí, sin lugar a dudas contamos con un sistema educativo que ya no cojea porque ahora ya está en la etapa del conocimiento postrado. Y hacemos muy poco para mejorar esa parapléjica condición. Al gobierno, por supuesto lo que más le interesa es que las cosas sigan así, partiendo desde el pre-escolar hasta los niveles superiores. Lo más grave es que esa educación es multiplicadora de ignorancia, pues es la misma que forma y deforma a los maestros. 

No adornemos las cosas: Los que leen de manera crítica no lo aprendieron en la escuela. En la escuela no se enseña a leer de manera comprensiva, interpretativa y crítica. En la escuela no se enseña a leer de manera comprensiva e interpretativa. En la escuela no se se enseña a leer de manera comprensiva. En la escuela no se enseña a leer.  Julián de Zubiría Samper, un experto en educación que se educó en el exterior, es implacable al afirmar que el gobierno contrata a los que no saben leer para que enseñen a leer a los demás. Y agrega: “Colombia anda muy atrás en matemáticas porque seguimos enseñando algoritmos repetidos y rutinarios”. En entrevista radial, el profesor De Zubiría resumió las falencias de la educación, que pueden ser interpretadas así: 

  • Tenemos un currículo apartado de la realidad nacional, totalmente descontextualizado. En bachillerato, por ejemplo, se estudia con más énfasis la historia de Europa que la de Colombia, sin que ello quiera decir que se estudia a fondo la europea.
  • La formación de docentes es de las más débiles del continente. El docente se capacita como alternativa laboral y emprende especializaciones, maestrías y doctorados pensando en su próximo ascenso en el escalafón.
  • La educación pública y privada en los primeros niveles es de baja calidad. Mejora sustancialmente en la etapa superior, apuntando a lo que necesitan los grandes empresarios y no a lo que se requiere para el verdadero desarrollo general del país.
  • Apatía por la dirección o apoyo a iniciativas de carácter pedagógico emprendida por docentes con verdadera vocación.
  • Abandono de la educación y del ambiente donde se debe impartir en los sectores más apartados del territorio nacional. Hasta vergüenza da hablar de ese aspecto.

Repitiendo lo que ya han expresado en sus análisis los que sí saben del tema, hay que aceptar que nuestra educación es el producto de una política que apunta hacia el statu quo del analfabetismo en niveles que el pueblo considere normales y los dueños del país vean convenientes a sus intereses. Y a fe que esa política ha dado magníficos resultados. Basta ver la forma como redacta, la mayor parte de la gente, dos líneas de mensaje en las redes sociales. Es suficiente con leer los argumentos, carentes de fundamentación, de los que hablan de política creyendo que eso es lo mismo que hablar de fútbol. En resumen: a - e - i - o - u… más sabe el burro que tú.


11/22/2019

DIME COMO HABLAS Y TE DIRÉ QUIEN ERES...


No sólo Patrick Jane tiene la facultad de “adivinar” a una persona con sólo echarle un vistazo; también nosotros podemos intuir qué está pensando o cómo es una una persona con sólo verle sus gestos, su forma de vestir, sus gustos personales y, sobre todo, su manera de hablar. A diario lo hacemos en todos los entornos en que nos movemos. Y Facebook es quizá el escenarios donde más nos mostramos de cuerpo entero. La razón es bien simple: las equivocaciones, los errores, cualquier cosa que normalmente nos haría morir de vergüenza, en las redes sociales pasa "de agache" porque no tenemos al otro frente a nosotros. 


¿Que tengo mala ortografía? ay lo importante es k ce entienda.

¿Que mi redación es lamentable? Ps no sigan lamentandoce pk no soy garcia marques.

Sin embargo, la mala ortografía dice -para mencionar apenas un aspecto- del bajísimo nivel de instrucción escolar y lectura que posee una persona. ¿Y la mala redacción qué me dice? Bueno, lo mismo pero agregándole algunos problemas cognitivos.

Hay algo más: Aunque la ortografía y la redacción de una persona sean impecables, lo que dice en las redes sociales también cuenta. Y no me refiero a las palabrotas, a los madrazos públicos o expresiones de calibre mayor. Hablo del contenido, de la la carga semántica que lleva explícita cada palabra. Porque una cosa es decir: “Los planteamientos que usted expone son equivocados, según mi pensamiento político” y otra bien diferente es vociferar: "Mamerto HP vallase pa Venezuela que aqui no cavemos si no los que tenemos la patria dentro del corazón"

Lo anterior lo traigo a referencia porque por estos lados llueve a cántaros ese tipo de argumentos... sin argumentos. Aquí lo que vale es el matoneo, el insulto sin razón, la amenaza solapada, la puñalada trapera. Claro: Como no te ven porque tienes puesta la careta del anonimato y no tienes al otro en frente para que te aseste un puñetazo en la jeta... o te diga, con el respaldo de su alto patriotismo: "Te doy en la cara, marica". Para la muestra un botón.


Ustedes saben que esto es de lado y lado. El odio visceral, ese que a algunos hace decir que matan y comen del muerto, no es patrimonio exclusivo de un sector. Veamos otra muestra:


Lacra, gonorrea, perra, gamín, retrasado, descerebrado, rata de alcantarilla, mierda personificada... la lista es infinita, pero tres o cuatro insultos para decir qué clase de persona es quien los profiere.

Ahora, cuando buena parte de la gente empieza a pedir mesura en en la expresión, aparecen los antisociales virtuales, esos que esconden su miedo tras la guarida de una cuenta (a veces falsa) para desempeñar el papel de bocón y hablar de darle bala a sus contradictores. O lo que es peor: para ocultar su cobardía  e incitar a otros a que lo hagan. 

Lo anterior me hace plantear una hipótesis descabellada y ciertamente morbosa, pues en lo que me toca -tanto en la última etapa de mi vida laboral como en  la personal- algunas veces me han ofrecido boleto gratis para viajar al más allá. En la laboral aprendí que la frase popular de "perro que ladra no siempre muerde" se puede complementar con esta otra: "Del dicho al hecho hay mucho trecho". En la personal me voy por lo elemental y concluyo con una obviedad: "Para morir del todo lo único que se requiere es estar vivo". Entonces, en el hipotético evento de no tener la oportunidad de morir en la cama, víctima de una EPS, lo único que pediría a quien me quite esa posiblidad es que, antes de ejecutar su acto, tuviera el valor de mirarme a los ojos durante quince segundos. Ni uno menos, ni uno más.
















11/20/2019

Píldoras de Constitucional

El Estado es el conjunto de instituciones jurídicas dentro de un territorio supuestamente libre y autónomo, donde conviven, de muy mala gana, los económicamente más poderosos, los que no lo son tanto, los que se creen que tienen mucho y los que no tienen ni dónde caer muertos. Esas instituciones están sostenidas por tres columnas o ramas del poder público: la ejecutiva, el legislativa y la judicial, que vistas de reojo parece que fueran una sola, porque las tres son manejadas a su conveniencia por los políticos y los económicamente más poderosos.

La rama ejecutiva es el mismo gobierno y está conformado por empleados que van desde el presidente de la república hasta el inspector de policía de cualquier rincón, quienes ejercen el poder como les da la gana. Se llama así porque es la encargada de ejecutar las órdenes de darle garrote "ventiao" al pueblo, aunque muchos de ellos son gente del pueblo que son elegidos por la gente del pueblo y reciben su paga mensual de los bolsillos de la gente del pueblo, pero sus cargos dependen de los políticos y de los económicamente más poderosos.



La rama legislativa está conformada por el Senado y la Cámara de representantes. Allí sólo llegan los que muestran una ambición desmedida y enfermiza y una profundo conocimiento en saqueo público, así como uno que otro que quiere hacer su pasantía en corrupción. Ellos son los que hacen las leyes a la medida de sus delitos para perjudicar a los demás. Sin mucho esfuerzo y una caja de lechona logran ser elegidos por la gente ignorante del pueblo, pero dependen de otros políticos y de los económicamente más poderosos.

La rama judicial se encarga de administrar justicia e injusticia. Ahí se encuentra desde el magistrado más poderoso hasta el juez de más bajo rango pero que ya sabe levitar y cree que por fin dejó de ser gente del pueblo. Son nombrados por cooptación, que en lenguaje del pueblo quiere decir: Yo te nombro, Tú me nombras, Nosotros nos nombramos. La rama judicial se dice independiente, pero ese cuento sólo lo traga la gente ignorante del pueblo, porque a la hora del té hace inclinar la balanza de la justicia hacia donde el ejecutivo y el legislativo le señala con gestos obcenos, para que se sienta todo el peso de la ley en la gente del pueblo.

Como las tres ramas del poder público no pueden cuidarse las espaldas entre sí, cada una de ellas aporta lo que le corresponde para crear, regular y financiar la fuerza pública.

La fuerza pública está conformada por las Ejército y Policía Nacional que, a su vez, está integrada por gente del pueblo a la que le inyectan la idea de defender a Dios, la patria y la familia. Ellos no saben que Dios no necesita defensa, pero da igual porque es gente ignorante del pueblo a la que le hacen creer que la patria está en el monte y los latifundios de los más poderosos y que la familia no es la de Juan Pérez sino la de los Santodomingo, de los Gillinsky, de los Sarmiento y los Ardila Lulle. También le hacen creer que los enemigos de Dios, la patria, el honor y la familia son los comunistas; es decir, toda la demás gente del pueblo que no viste uniforme militar y causa molestias protestando por su situación. Fuezas Armadas y Policía dependen del ejecutivo, están para garantizar la seguridad del Estado y llevarle las bolsas a los económicamente más poderosos, aunque su sueldo mensual sale del bolsillo de la gente del pueblo.

En resumen: El Estado es un conjunto de instituciones sostenidas por las tres ramas del poder público que están en manos de los políticos y los económicamente más poderosos. 

Para defender el Estado están los del otro lado, la gente del pueblo, esos que viven de milagro pero a diario agradecen a los poderosos la oportunidad de tener una TV de 52 pulgadas y un automóvil modelo 80 o una BWS a la que no puede pagar el costo de documentos. Esos mismos que comen a diario huevo con arroz y plátano frito pero consideran que quienes leventan su voz de protesta son comunistas, enemigos de la patria, una peste que hay que eliminar de la faz del planeta.

¿Ahora sí entienden?



11/16/2019

Evo no se lo merecía, pero...


Morales ha sido uno de los mejores presidentes de Bolivia, alabado incluso en sus primeros años por The Wall Street Journal, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Tiene las cifras a su favor: en sus 13 años de mandato, el PIB creció a un ritmo medio anual del 4,9% y la pobreza se redujo a la mitad. Ha sido mejor gestor que tres de sus aliados regionales: Chávez-Maduro, en Venezuela; Rafael Correa, en Ecuador, y Cristina Fernández de Kirchner, en Argentina. Solo le puede discutir el trono de la eficacia el brasileño Lula da Silva y los uruguayos del Frente Amplio.

11/15/2019

COLOMBIA ES UN PAIS PARADÓJICO


Por Alberto Salcedo Ramos

"Colombia es un país paradójico, y tal vez por eso sea muy difícil de entender. Colombia es un país de extremos, un país bipolar, ciclotímico; un país con una baja autoestima y al mismo tiempo con una gran altanería.

11/11/2019

Me faltan dedos o me sobran amigos


A raíz de uno de mis carteles publicados en Facebook, alguien muy preocupado me escribió por el chat de Messinger: "Te vas a quedar sin amigos". Eso me hizo revisar la lista de todos esos eventuales amigos y logré constatar que los que he ido recogiendo a lo largo de mis casi setenta años, puedo contarlos con los dedos de mis manos y me sobran dedos. O me faltan amigos. Y no es porque yo sea en exceso exigente al escogerlos; al contrario: es que pienso que las personas son muy exigentes al escogerme.

10/28/2019

8/03/2019

Los mismos con las mismas


¿Para qué entonó la vieja canción “Los mismos con las mismas” si su intención era acompañarla con música de nepotismo?

¿Para qué señaló a los que se aferran al poder perpetuando sus apellidos en la burocracia estatal, si sus objetivos eran exactamente los mismos?

¿Será que se tomó muy a pecho aquello de: “Tú eres Petro y sobre esa piedra edificarás tu iglesia?


La transparencia es requisito de quien enarbola banderas de justicia, honestidad, rectitud.  La transparencia es para ver hacia allá y que de allá se pueda ver hacia acá. Otra cosa sería la visión unilateral, como la que ofrecen los vidrios polarizados por los que miran quienes abren estériles polémicas en las redes sociales.

No soy petrista (como algunos han pensado) pero en algún momento consideré que era la única opción para frenar la estampida irracional de una derecha sin escrúpulos. Borro de plano esa consideración. Sigo pensando que en Colombia  lo único que diferencia a un político de otro es el nombre de su partido. A la hora de la verdad,  todos son los mismos con las mismas.


7/30/2019

LAS COSAS DE LOS "PADRES DE LA PATRIA" QUE CAUSAN VERGÜENZA


Píldoras para la memoria: 
Cuando los paramilitares fueron aplaudidos en el Congreso

‘Salvatore Mancuso, Ramón Isaza y Ernesto Báez llegaron al Congreso en 2004, para legitimar sus crímenes e ideología antisubversiva’

Por: Sebastián Leal


El Congreso de la República fue el escenario en 2004 de un hecho sin precedentes  y de por sí muy vergonzoso que es necesario recordar, en una Colombia que está ad portas de alcanzar la tan anhelada paz. Un suceso que es obligatorio traer a colación, en donde una parte de la sociedad es amnésica por conveniencia y cínica por convicción, lo que da como resultado una doble moral tan arraigada como el odio y la venganza.

Este sector de la sociedad, con sus cabezas más visibles –como el amnésico por conveniencia Álvaro Uribe o el siempre recalcitrante y de doble moral Alejandro Ordóñez– está empecinado en continuar una guerra que lleva más de 50 años aduciendo la impunidad que se está cometiendo en el proceso de paz con las FARC, olvidando convenientemente algunos sucesos no de poca importancia.

!Refresquemos la memoria! En el 2004 los tres máximos líderes de las Autodefensas Unidas de Colombia, Salvatore Mancuso, Ramón Isaza y Ernesto Báez llegaron a “la cuna de las leyes y el templo de la Democracia” –como dijo Mancuso en su discurso– para legitimar con total arrogancia y cinismo su larga serie de atroces crímenes, su ideología antisubversiva y de ultraderecha, aduciendo la libertad de los colombianos e impulsada por el abandono del Estado. Para contextualizar, es de recordar que dos años antes y dos meses después de posesionarse Álvaro Uribe como presidente, se instaló la mesa de Santa Fe de Ralito, después de que las AUC anunciaran un cese al fuego como condición para iniciar una negociación con el gobierno, con Luis Carlos Restrepo de un lado (hoy prófugo de la justicia por falsas desmovilizaciones con las AUC) y Carlos Castaño del otro (presuntamente asesinado por su misma gente).

Iván Roberto Duque, Salvatore Mancuso y Ramón Isaza: El paramilitarismo en el Congreso de la República, invitados por los “honorables” senadores y representantes a la Cámara por el CD
Durante este cese al fuego, las AUC siguieron traficando droga y según la Comisión Colombiana de Juristas, estas cometieron más de 2500 asesinatos y desapariciones, en las que masacraron impunemente con ayuda de militares a dos familias, y degollaron niños, como lo dice Marta Ruiz en su columna titulada “Píldoras para la memoria de Uribe” publicada en el 2013 en la revista Semana. En ese momento nadie se “paró de la mesa” y Uribe ni ninguno de sus seguidores habló de impunidad.

Volviendo de nuevo al suceso de la presencia de estos tres líderes de las AUC en el Congreso, ocurrieron otros sucesos anecdóticos que dejan ver el cinismo y la doble moral de los políticos.

El primero: en este vídeo se ve cómo el entonces senador Moreno de Caro se acerca con su acostumbrada efusividad a saludar y a intentar abrazar a los tres paramilitares:


El segundo: luego de que Mancuso terminara de hablar, los casi 60 congresistas presentes en la sesión (de un total de 268), el gobernador de Córdoba y el alcalde de Montería, ovacionaron al comandante, como lo señaló Héctor Abad Faciolince en su columna “Los Paras en el Congreso” de la Revista Semana de 2004.
El tercero: después de que Salvatore Mancuso, Ramón Isaza y Ernesto Báez se fueran casi huyendo del Congreso, hubo una intervención del entonces senador de la oposición Gustavo Petro, que fue recibida sin aplausos, en el que señalaba que con este hecho los paramilitares no se estaban sometiendo a la justicia sino que ellos estaban sometiendo a la justicia. Luego, para sorpresa de todos, la por aquella entonces acérrima senadora uribista Gina Parody (al igual que Rafael Pardo), rechazó lo sucedido ese día, diciendo, entre otras cosas, que quienes hayan cometido delitos atroces no pueden llegar al congreso para ser recibidos como héroes. Por este hecho, ella fue la única que renunció a su curul, como lo ha manifestado en varias entrevistas.
El cuarto y que es la cereza del pastel:  Álvaro Uribe Vélez dijo esa misma tarde durante un foro: “Desde que haya buena fe para avanzar en un proceso, no tengo objeción a que se les den estas pruebitas de democracia. Creo que se sienten más cómodos hablando en el Congreso que en la acción violenta en la selva”. ¡Hágame el favor! Con estas declaraciones, se ve el nivel máximo de cinismo y de amnesia conveniente del expresidente con respecto a sus opiniones sobre el proceso de paz con las FARC. Nada más que agregar.
Hoy, muchos de esos desmovilizados de las AUC entraron a formar parte de las conocidas BACRIM: crearon las Águilas Negras y demás grupos al margen de la ley que siguen delinquiendo. Muchos que cometieron crímenes fueron amnistiados y no pagaron un solo día de cárcel en el Gobierno de Uribe  ¿Ha hablado o hablará alguno del Centro Democrático o algún uribista de estas impunidades?
En estos tiempos tan decisivos para nosotros, para nuestros hijos y para nuestros nietos –y en sí el futuro de un país que hace mucho no sabe qué es vivir sin guerra– es muy importante evitar el sesgo histórico y la polarización de los que están en contra y de los que están a favor de la paz. Polarización que destila veneno irracional en redes sociales, en los foros en Youtube, y en los medios de comunicación con noticieros como RCN (al que hace poco la senadora Claudia López los confrontó a causa de su evidente sesgo informativo, por no decir ideológico de derecha, suceso que quedará en la retina de los colombianos como uno de los momentos más épicos de le televisión colombiana) y que no le hace bien a las víctimas, a los campesinos, a los niños, y a la larga a nosotros mismos. Ciertamente, ningún proceso de paz en ninguna parte del mundo ha sido perfecto, pero ciertamente también, la ley de justicia y paz, en donde guerrilleros que no confiesen crímenes podrían pagar hasta 20 años de cárcel y las acciones para la reparación de las víctimas con las FARC sí es mil veces mejor que la que se hizo con las AUC.
La invitación es a que refresquemos la memoria, no la que nos conviene, sino la memoria de la sensatez; memoria de la verdad en pro de que la guerra no vuelva a ocurrir y en pro de convivir en paz los unos con los otros. La invitación es a debatir con ideas y argumentos y no con memoria selectiva, con cinismo sin sonrojo, con insultos “castro-chavistas” o “fascistas” ni con bombas ni con balas. La paz es para los guerrilleros, para los paramilitares, para Uribe, para el pueblo. Regalémosle la oportunidad a nuestros hijos y a nuestros nietos de vivir en una Colombia en paz, libre de doble moral, que no olvida pero que perdona.


7/11/2019

Para los cazadores de gazapos... como yo.




9 Jul 2019 - 3:30 PM

Por: Andrés Hoyos

El error es bello

En Colombia, el país con mayor cantidad de correctores de pruebas por metro cuadrado de cuantos hablan español —yo mismo he cometido ese pecado—, hacer un elogio de los errores gramaticales implica ponerse a tiro de las plumas indignadas, pero ni modos.

“Ojalá que te vaya bonito... que conozcas personas más buenas”, cantaba José Alfredo Jiménez, tremendo poeta del idioma sencillo, además de bebedor suicida y machista de los de antes. Ya veo al profesor atildado levantando la mano: “No, señor Jiménez, es ‘ojalá que te vaya bien’ y ‘que conozcas personas mejores’”, versos ambos más correctos, aunque muy inferiores a los originales.

Siguiendo con el cancionero, Cuco Sánchez escribió “Anillo de compromiso” partiendo de un maravilloso pleonasmo, que irrita a los cazadores de moscas. Dice la letra: “Que unió para siempre / y por toda la vida / a nuestras dos almas / delante de Dios”. En efecto, la imagen se enriquece a través de la redundancia, porque es sumamente poderoso unir “por toda la vida” con “para siempre”.

Y nadie menos que Shakespeare incurre en el mismo “error” cuando pone a Marco Antonio a quejarse de la puñalada de Bruto a Julio César, así: This was the most unkindest cut of all. Doble superlativo si los hay.

Como oigo con frecuencia canciones en inglés, reparé en este verso de Cole Porter: Deep in the heart of me. El posesivo correcto en inglés sería deep in my heart, un verso pedestre. En fin, Bob Dylan se pasa por la galleta casi todas las nociones de economía expresiva que yo recomiendo en mi Manual de escritura. ¿Algún problema? Sí y no: a Dylan le funcionan la retórica y los clichés dosificados. A usted no se los recomiendo, querido lector.

Para los poetas las reglas valen cáscara. León de Greiff, nuestro pirotécnico y pirómano artífice del idioma, desliza por ahí un verso memorable: “Los brazos rompidos de pugnar con el viento”. Romper es un verbo irregular, poeta, ¿por qué no escribió “rotos”? Porque suena más peor, señor.

Por su parte, Julio Ramón Ribeyro, quien vivió la mayor parte de su vida adulta en Francia, incurre en constantes galicismos, de esos que todavía les ponen los pelos de punta a algunos académicos. ¿Algún problema? No para mí.

Bueno, sé que me quedo corto, muy corto. ¿Qué demonios es la corrección gramatical? Una convención, sin duda necesaria para los inexpertos, no una camisa de fuerza. Siguiendo con mi tema, se me ocurre recordar al filólogo murciano Diego Clemencín (1765-1834), miembro olvidado de las academias españolas de Historia y de la Lengua. Don Diego pasó buena parte de su vida adulta escribiendo 5.554 notas relativas al Quijote —murió sin terminarlas—. Muchísimas de ellas implican regaños y correcciones narrativas. En total son más largas las anotaciones de Clemencín que el libro de Cervantes. En pleno franquismo (1947), Aguilar republicó el gran tocho del Quijote “corregido”. Quien hoy tenga esta edición —por ejemplo, yo— bien puede divertirse con las patochadas de don Diego. ¿Qué el Quijote es un libro imperfecto según los criterios modernos? Sí, pero eso carece de importancia. Ya el propio Sancho Panza se lo aclaraba a Sansón Carrasco al referirse a los errores de la primera parte: “¿Otro reprochador de voquibles tenemos? Pues ándense a eso, y no acabaremos en toda la vida”. La moraleja de Clemencín, extrapolable a tantos más, es ineludible: lea, entienda, pero no joda tanto.

6/29/2019

AGUILUCHOS QUE VUELAN BAJO, MUY BAJO


Por primera vez, desde que asumí el oficio de escritor, debo aceptar que no sabía cómo empezar este texto. Largo tiempo me senté frente a mi portátil sin encontrar las palabras, sin que las ideas fluyeran. Es que no sabía cómo expresar mi impotencia ante ciertas situaciones que, aunque me son harto conocidas, ahora me tomaron por sorpresa. No sé cómo manejar la gran frustración que siento por vivir en un país donde la gente dice que goza de todas las libertades, pero a la hora de la verdad no es posible expresar opiniones propias sin correr algún tipo de riesgo.  El riesgo menor es el irrespeto, que a veces se presenta con insultos. El mayor, ya lo saben, es la muerte.

Una contingencia intermedia es la amenaza, esa advertencia que a diario recibimos y de la cual, una vez sopesada su intención, sabemos a qué atenernos. El agente de tránsito al que le escupen un Usted no sabe quién soy yo sabe que esa amenaza no tiene consecuencias, salvo la de quedar expuesta en las redes sociales. El muchacho de la escuela a quien su compañero de salón le dice: A la salida nos vemos, sabe que esa amenaza puede traer el doloroso resultado de un puñetazo. El deudor que recibe una notificación de cobro jurídico sabe que esa amenaza puede terminar en un embargo. Pero el “boletiado” ese que recibe un papel tirado por debajo de la puerta en el que le advierten que debe entregar cierta suma de dinero o cualquiera otra exigencia, sabe que esa amenaza debe cumplirse para continuar ejerciendo la actividad por la cual recibe la invitación a colaborar económicamente. Y seguir respirando.

En la primera consideración, la del menor riesgo, he estado siempre por publicar mensajes que tocan la fibra política de los de izquierda y derecha en Facebook, ya sea mediante lo que llamo cartelitos o a manera de artículos. He recibido regaños, reproches, censuras, condenas, reprobaciones, quejas, insultos, bloqueos, etc. Me han dicho que si vivo en Marte o en la Luna, me han calificado de incoherente, me han insinuado que me vaya para Venezuela o Cuba, me han mandado a comer mierda, han calificado como basura lo que digo, me han otorgado carné de castrochavista… incluso, en un extremo opuesto, me han enviado al Ubérrimo para que, literalmente, le bese el culo a Uribe. 

Como yo sé con qué tipo de gente y de gentuza debo tratar en las redes sociales, no le doy mucha importancia a esos calificativos desobligantes, groseros, mezquinos, propios de quienes actúan en las marginalidades. Pocas veces les doy respuesta, porque sé que estoy hablando con gente cuyo único argumento son las dos piedras que cargan en la mano y eso no me va a hacer cambiar de pensamiento (sólo los argumentos inteligentes y convincentes pueden hacerlo) ni le va a poner una mordaza a mi libre e independiente opinión. 

Ahora entré en otra categoría: la de los “boletiados”. El pasado miércoles 26 de junio, bien de madrugada, abrí mi correo y encontré un mensaje spam enviado por luchoaguilar90@gmail.com. ¿Lucho Aguilar? ¿Aguilucho? Aunque no está en mis contactos, vi un documento en pdf que descargué, previo análisis antivirus. La sorpresa fue grande y la primera impresión más que impactante. 


  
Acepto que sentí miedo y, en un comienzo no supe qué hacer. Finalmente decidí llamar a un amigo del pueblo, pero no me respondió. Llamé a otro, que vive en Buga, y en sus hombros descargué mis inquietudes. Luego llamé a una amiga poeta de Tuluá y a una ex-compañera del CTI. Con lo recogido de esas charlas, la colaboración de otro amigo conocedor del tema y mi no olvidada experiencia me di, en estos cuatro días, a hacer un análisis de ese panfleto, llegando a deducciones que, obviamente, no voy a publicar aquí pero que, con alto porcentaje de certeza, indican que el panfleto recibido NO proviene de ese grupo que no existe pero ahí está; es obra de una persona que no encontró otra manera de presionar para meterme terror y lograr mi silencio. Esa mensajero subterráneo, por alguna razón estrictamente personal  me escogió como su objetivo. ¿Acaso soy el único que hace crítica y pone el dedo en la llaga política? Desde luego, conoce mi email y envió su mensaje, con muchas inconsistencias -como la fecha, la falta de un Frente responsable y el equívoco con mi apellido- desde un correo de perfil falso, tan falso que lo eliminó inmediatamente. Que me odie, es lo de menos. Que exteriorice su odio de esa manera tan rastrera es lo reprochable. Merece peores calificativos que los que he coleccionado en mi hoja de vida.

A esa persona (y a las que asumen ese paradigmático rol de la cobardía) le digo públicamente que las réplicas se hacen con argumentos, no con sucias intimidaciones que -no voy a negar- lograron otros objetivos: me produjeron, primero, desazón, temor, frustración, impotencia… Rabia. Luego, tuvieron el poder de quitarme el sueño por tres días y el apetito hasta ahora, pero no más. Sin embargo, le digo a esa persona que no callaré. Y no lo digo con intrepidez o por un arranque de falso heroísmo. Lo digo con la convicción de quien tiene grabados en su consciencia un montón de ideas e ideales que, seguramente, a ojos ajenos son  estupideces, pero para mí son la razón de la lucha supramaterial que emprendo todos los días..

 




6/10/2019

La imprevisión de desastres


Es de la naturaleza humana caer dos veces en el mismo hueco, pero es muy de los colombianos profundizar el hueco para caer más hondo. La inundación que se vio el domingo 9 de junio en Roldanillo no fue causada por un imprevisto. Al contrario: fue producto de un sinnúmero de circunstancias que todos conocemos de sobra pero que las autoridades encargadas de esos asuntos no atienden de manera preventiva.

No es la primera vez que los ríos Roldanillo y Rey y el zanjón de Los Mudos desborda su cauce. Tampoco será la última, decimos los escépticos. Hace un año dimos voz de alerta sobre lo que suele ocurrir en este pueblo en épocas de lluvias, sin que lo dicho hubiera causado efecto alguno en la inercia de las autoridades respectivas. Es que la oficialidad no está diseñada para atender el clamor de la gente. Su compromiso es de otra índole y sus prioridades son para con otros sectores. 

En cada municipio existe un Comité de Prevención de Desastres. Si nos apegamos al significado específico de las palabras, ese comité es creado para PREVENIR las posibilidades de un riesgo o de un hecho catastrófico o una desgracia inesperada. Sin embargo, sus integrantes (alcalde, comandante de bomberos, comandante de policía, jefe de la Defensa Civil y otros "miembros representativos" de la comunidad) suelen reunirse cuando ya no hay Santa Lucía que valga. Al menos eso es lo que uno deduce cuando, por ejemplo, el IDEAM anuncia una temporada de copiosas lluvias en el norte del Valle y, a los pocos días, el cobertizo del negocio que instaló "mi negrito" a la orilla del río Roldanillo, diagonal a la escuela Kennedy, es arrastrado por una creciente, dejándolo, económicamente, en la calle. Y tres meses después, a pesar de las predicciones del IDEAM, los hechos se repiten bajo las mismas circunstancias. ¿"mi negrito" es un tipo con mala suerte? No, señor. Es una víctima de la falta de previsón y prevención. El famoso Comité no le dijo que si seguía en ese sitio corría el riesgo de volver a quedar en la calle. El famoso comité no recomendó a la alcaldía que lo reubicara en un lugar seguro. 
Casas construidas en las riveras del río Roldanillo.
Con insistencia se ha denunciado la situación crítica del río Rey, que fue intervenido con maquinaria pesada para desviarlo hacia la hacienda La Rioja, secando su cauce a partir de ese sitio. ¿Quién autorizó? ¿Cuál fue el argumento de peso para permitir tal despropósito?

El río Roldanillo recibe un tratamiento de quinta categoría. Sus afluentes han corrido igual suerte que el río Rey. A lo que hay que agregar la deforestación paulatina de su cuenca, ya que los bosques nativos fueron reemplazados por cultivos escalonados de abeto con destino a la industrial de papel. Como si fuera poco, al entrar en la zona urbana se convierte en el vertedero ideal de basuras y escombros.

A diario y desde las 4:00 a.m. suben y bajan por la vía Roldanillo-La Tulia un promedio de treinta camiones como éste. Son los responsables del deterioro de la carrera 8, desde la calle 3 hasta el parque de La Ermita. ¿Por qué no ha sido repavimentada como otras vías? Quizás por las mismas razones económicas que deterioran el puente Eustaquio Palacios.
El zanjón de Los Mudos, que baja por las estribaciones del cerro de la Tres Cruces, es otra historia. Desde tiempos que se pierden en la memoria, este zanjón ha sido el dolor de cabeza del sector conocido como Ipira. Las inundaciones cíclicas no han fallado. Aún así, los responsables del desarrollo urbanístico que significó la aparición de los barrios El Prado y Barbosa y Torrijos no tuvieron en cuenta ese factor y, sin medir consecuencias, otorgaron licencias de construcción sobre las riveras, dándose casos extremos en que su curso pasa por el patio de algunas casas. 

Concluyamos, entonces, que el Comité de Prevención de desastres debe cambiar ese nombre, al menos en lo que atañe a la PREVENCIÓN. Y nosotros debemos cambiar de actitud frente a la inoperancia de las autoridades. Pero también debemos cambiar de actitud frente a nosotros mismos, pues nos lamentamos de los desastres naturales pero no reconocemos que la mayor parte de esos desastres son producidos por nuestras manos... por nuestra falta de consciencia de conservación de los recursos.

6/08/2019

No pongan palabras inexistentes en boca de la Corte



Lo cierto es que los colombianos somos una especie muy particular dentro del particular panorama continental. Sólo fue suficiente que un periodista -de esos que estudiaron para desinforman- publicara la decisión tomada por la Corte Constitucional en relación con el consumo de sustancias, y ahí mismo dimos un salto al ruedo para dejar en claro que eso era un error muy grande, que estábamos jodidos con estos sinvergüenzas. Desde luego, nadie había leído la sentencia correspondiente, ni se había tomado el trabajo de buscar información sobre el asunto. 

Pues bien, sucede que la Corte no ha dado vía libre al consumo de licor y otras sustancias psicoactivas. Lo que pasa es que es que la Ley 1801 de 2016 tiene dos artículitos, el 33 y el 140, que regula los comportamientos que afectan la tranquilidad y relaciones respetuosas de las personas y los comportamientos contrarios al cuidado e integridad del espacio público. El 33, en su numeral 2, literal c) se refiere, entre otras cosas, a que se considera una contravención al Código de Policía Consumir sustancias alcohólicas, psicoactivas o prohibidas, no autorizadas para su consumo en espacio público, lugares abiertos al público, o que siendo privados trasciendan a lo público. El 140, por su parte, en su numeral 7 señala como contrario a la norma: Consumir bebidas alcohólicas, sustancias psicoactivas o prohibidas en estadios, coliseos, centros deportivos, parques, hospitales, centros de salud y en general, en el espacio público , excepto en las actividades autorizadas por la autoridad competente.

Con el fin de dar mayor claridad, he resaltado con caracteres rojos lo que la Corte consideró inconstitucional en los dos artículos. Si leen, no con ojo de abogado -que esos tienen ojo de águila- sino con la mirada atenta de un lector que tiene buena capacidad de interpretación y análisis, se podrá apreciar que, por ningún lado, la Corte está dando vía libre al consumo de licor estupefacientes en espacios públicos. Lo que está expresando es que alcohólicas y psicoactivas son términos lingüísticos genéricos, pero a la vez excluyentes. Vale decir: las palabrejas abarcan un sinnúmero de sustancias estupefacientes (¿Quién dijo que el licor no es un estupefaciente?), pero dentro de la norma termina particularizando de manera muy específica a las alcohólica y psicoactivas.

Visto desde ese otro ángulo jurídico, la norma queda así:

Artículo 33°. Comportamientos que afectan la tranquilidad y relaciones respetuosas de las personas. Los siguientes comportamientos afectan la tranquilidad y relaciones respetuosas de las personas y por lo tanto no deben efectuarse: 

2. En espacio público, lugares abiertos al público, o que siendo privados trasciendan a lo público: 

c) Consumir sustancias alcohólicas, psicoactivas o prohibidas, no autorizados para su consumo.  

Artículo 140. Comportamientos contrarios al cuidado e integridad del espacio público. Los siguientes comportamientos son contrarios al cuidado e integridad del espacio público y por lo tanto no deben efectuarse:

7. Consumir bebidas alcohólicas, sustancias psicoactivas o prohibidas no autorizadas para su consumo en estadios, coliseos, centros deportivos, parques, hospitales, centros de salud y en general, en el espacio público, excepto en las actividades autorizadas por la autoridad competente.  

Por ningún lado se encuentra que la Corte Constitucional permita que nos emborrachemos y metamos vicio a la lata en los espacios públicos abiertos. Tampoco dice que lo debemos hacer en alcoholódromos o basucódromos destinas para tal efecto. Simplemente se pronunció sobre la existencia de un cargo de inconstitucionalidad en contra de las normas legales parcialmente acusadas, por violación del derecho al libre desarrollo de la personalidad.

¿el Legislador viola el derecho al libre desarrollo de la personalidad al prohibir de forma general, so pena de medidas de policía, el consumo de bebidas alcohólicas y sustancias psicoactivas “e n espacio público, lugares abiertos al público, o que siendo privados trasciendan a lo público ”, como forma de proteger la tranquilidad y las relaciones respetuosas?

¿el Legislador viola el derecho al libre desarrollo de la personalidad al prohibir de forma general, so pena de medidas de policía, el consumo de bebidas alcohólicas y sustancias psicoactivas “en parques [y en] el espacio público ”, como forma de proteger el cuidado y la integridad de dicho espacio?

Los anteriores interrogantes se los planteó la Corte antes de entrar a resolver el petítum de los dos demandantes, concluyendo que la prohibición amplia y genérica que consagra el Código de Policía carece de razón constitucional porque la restricción genérica corresponde a la Constitución Nacional y, por lo tanto, la prohibición debe hacerse específica y  por los mismos medios policiales que el Código de Policía contempla, sin afectar los derechos fundamentales.

En palabras de la Corte: 

"Para la Sala, el texto legal de las reglas acusadas tiene unas amplias prohibiciones que impactan el ejercicio del derecho al libre desarrollo de la personalidad de forma considerable. Se trata de una medida que impone una prohibición de realizar una actividad, que en sí misma no está excluida del ordenamiento jurídico, y lo hace de forma amplia y genérica en todo el espacio público. La restricción se adopta de forma específica en los parques, para proteger el cuidado y la integridad de dicho espacio, y se expande a los espacios privados abiertos al público o privados que trascienden a lo público, cuando de proteger la tranquilidad y las relaciones respetuosas se trata. Dada la amplia definición de espacio público que el propio Código contempla y que la extensión de la prohibición se da incluso hasta espacios privados, que no se encuentran claramente determinados por la norma, la Sala advierte que se está evaluando dos normas legales que imponen restricciones significativas a las libertades de las personas. En el caso de la limitación a las libertades en ámbitos privados, con impactos en lo público, es claro que el control de constitucionalidad de la Corte ha de ser más fuerte, a la vez que en la restricción a las libertades en el ámbito público el control ha de ser, en principio, más deferente. Sin embargo, por el alto grado de impacto y las condiciones específicas de la norma, la Sala optó en este caso hacer en uno y otro caso un juicio estricto".

En palabras del común de la gente, la Corte hace notar que el Código de Policía no puede crear o modificar conceptos genéricos del orden jurídico, pues lo genérico en ese aspecto corresponde al orden constitucional. Si el Código quiere restringir un derecho debe hacerse mediante una norma que no supere los mandatos de la Carta Política. 

¿Ahora sí medio entendemos?

Desde luego que en tratándose de leyes, decretos, etc. todo queda a la interpretación. Y aunque en Colombia hay cuarenta y ocho millones de abogados, sólo los que han asistido seis años a la Universidad pueden aproximarse con menos dificultad al alcance de la inexequibilidad de esas dos expresiones lingüísticas insertas en los dos artículos en mención.

6/05/2019

NADA HA CAMBIADO EN 70 AÑOS




Uno podría pensar que es una denuncia atrasada, pues narra hechos que fueron frecuentes en la llamada violencia política de los años 50 y 60, cuando pájaros, chusmeros y bandoleros se aliaron con miembros del ejército, de la policía y del Servicio de Inteligencia Colombiano SIC, antecesor del DAS, para cometer los crímenes más atroces. Las narraciones de las hordas que hace 70 años llegaban a las fincas para incediarlas, asesinar a sus ocupantes, incluyendo a los niños, quedaron consigandas en documentos testimoniales como La Violencia en Colombia de Monseñor Germán Guzmán, El abogado Eduardo Umaña Luna y el sociólogo Orlando Fals Borda. 

¿Épocas superdas? Ingenuo sería quien pesara que sí. La violencia en Colombia inició en 1839 y no ha parado.

Las acusaciones, para justificar el actuar arbitrario de los soldados, están sustentadas en las mentiras de siempre. ¿Que podrá hacer en el futuro cercano con un niño de 12 años que vio cómo los "héroes de la patria" quemaban la casa de sus padres? No quiero ni pensarlo.


En la gráfica puede observarse a dos los peligrosos campesinos (seguramente ultracomunistas o terroristas de azadón) que fueron capturados por los valientes soldados colombianos y la policía nacional.
 Igual a lo ocurrido con los campesinos que ocupaban la región que fue escogida para la construcción de la represa de Ituango, los campesinos empiezan a ser desplazados de la región del Otún. Es que el Eterno necesita esa zona para construir un teleférico.