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11/20/2019

Píldoras de Constitucional

El Estado es el conjunto de instituciones jurídicas dentro de un territorio supuestamente libre y autónomo, donde conviven, de muy mala gana, los económicamente más poderosos, los que no lo son tanto, los que se creen que tienen mucho y los que no tienen ni dónde caer muertos. Esas instituciones están sostenidas por tres columnas o ramas del poder público: la ejecutiva, el legislativa y la judicial, que vistas de reojo parece que fueran una sola, porque las tres son manejadas a su conveniencia por los políticos y los económicamente más poderosos.

La rama ejecutiva es el mismo gobierno y está conformado por empleados que van desde el presidente de la república hasta el inspector de policía de cualquier rincón, quienes ejercen el poder como les da la gana. Se llama así porque es la encargada de ejecutar las órdenes de darle garrote "ventiao" al pueblo, aunque muchos de ellos son gente del pueblo que son elegidos por la gente del pueblo y reciben su paga mensual de los bolsillos de la gente del pueblo, pero sus cargos dependen de los políticos y de los económicamente más poderosos.



La rama legislativa está conformada por el Senado y la Cámara de representantes. Allí sólo llegan los que muestran una ambición desmedida y enfermiza y una profundo conocimiento en saqueo público, así como uno que otro que quiere hacer su pasantía en corrupción. Ellos son los que hacen las leyes a la medida de sus delitos para perjudicar a los demás. Sin mucho esfuerzo y una caja de lechona logran ser elegidos por la gente ignorante del pueblo, pero dependen de otros políticos y de los económicamente más poderosos.

La rama judicial se encarga de administrar justicia e injusticia. Ahí se encuentra desde el magistrado más poderoso hasta el juez de más bajo rango pero que ya sabe levitar y cree que por fin dejó de ser gente del pueblo. Son nombrados por cooptación, que en lenguaje del pueblo quiere decir: Yo te nombro, Tú me nombras, Nosotros nos nombramos. La rama judicial se dice independiente, pero ese cuento sólo lo traga la gente ignorante del pueblo, porque a la hora del té hace inclinar la balanza de la justicia hacia donde el ejecutivo y el legislativo le señala con gestos obcenos, para que se sienta todo el peso de la ley en la gente del pueblo.

Como las tres ramas del poder público no pueden cuidarse las espaldas entre sí, cada una de ellas aporta lo que le corresponde para crear, regular y financiar la fuerza pública.

La fuerza pública está conformada por las Ejército y Policía Nacional que, a su vez, está integrada por gente del pueblo a la que le inyectan la idea de defender a Dios, la patria y la familia. Ellos no saben que Dios no necesita defensa, pero da igual porque es gente ignorante del pueblo a la que le hacen creer que la patria está en el monte y los latifundios de los más poderosos y que la familia no es la de Juan Pérez sino la de los Santodomingo, de los Gillinsky, de los Sarmiento y los Ardila Lulle. También le hacen creer que los enemigos de Dios, la patria, el honor y la familia son los comunistas; es decir, toda la demás gente del pueblo que no viste uniforme militar y causa molestias protestando por su situación. Fuezas Armadas y Policía dependen del ejecutivo, están para garantizar la seguridad del Estado y llevarle las bolsas a los económicamente más poderosos, aunque su sueldo mensual sale del bolsillo de la gente del pueblo.

En resumen: El Estado es un conjunto de instituciones sostenidas por las tres ramas del poder público que están en manos de los políticos y los económicamente más poderosos. 

Para defender el Estado están los del otro lado, la gente del pueblo, esos que viven de milagro pero a diario agradecen a los poderosos la oportunidad de tener una TV de 52 pulgadas y un automóvil modelo 80 o una BWS a la que no puede pagar el costo de documentos. Esos mismos que comen a diario huevo con arroz y plátano frito pero consideran que quienes leventan su voz de protesta son comunistas, enemigos de la patria, una peste que hay que eliminar de la faz del planeta.

¿Ahora sí entienden?



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