Uno podría pensar que es una denuncia atrasada, pues narra hechos que fueron frecuentes en la llamada violencia política de los años 50 y 60, cuando pájaros, chusmeros y bandoleros se aliaron con miembros del ejército, de la policía y del Servicio de Inteligencia Colombiano SIC, antecesor del DAS, para cometer los crímenes más atroces. Las narraciones de las hordas que hace 70 años llegaban a las fincas para incediarlas, asesinar a sus ocupantes, incluyendo a los niños, quedaron consigandas en documentos testimoniales como La Violencia en Colombia de Monseñor Germán Guzmán, El abogado Eduardo Umaña Luna y el sociólogo Orlando Fals Borda.
¿Épocas superdas? Ingenuo sería quien pesara que sí. La violencia en Colombia inició en 1839 y no ha parado.
Las acusaciones, para justificar el actuar arbitrario de los soldados, están sustentadas en las mentiras de siempre. ¿Que podrá hacer en el futuro cercano con un niño de 12 años que vio cómo los "héroes de la patria" quemaban la casa de sus padres? No quiero ni pensarlo.
Igual a lo ocurrido con los campesinos que ocupaban la región que fue escogida para la construcción de la represa de Ituango, los campesinos empiezan a ser desplazados de la región del Otún. Es que el Eterno necesita esa zona para construir un teleférico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario