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11/26/2019
11/22/2019
DIME COMO HABLAS Y TE DIRÉ QUIEN ERES...
No sólo Patrick Jane
tiene la facultad de “adivinar” a una persona con sólo echarle un vistazo;
también nosotros podemos intuir qué está pensando o cómo es una una persona con
sólo verle sus gestos, su forma de vestir, sus gustos personales y, sobre todo,
su manera de hablar. A diario lo hacemos en todos los entornos en que nos
movemos. Y Facebook es quizá el escenarios donde más nos mostramos de cuerpo
entero. La razón es bien simple: las equivocaciones, los errores, cualquier
cosa que normalmente nos haría morir de vergüenza, en las redes sociales pasa
"de agache" porque no tenemos al otro frente a nosotros.
¿Que tengo mala
ortografía? ay lo importante es k ce entienda.
¿Que mi redación es
lamentable? Ps no sigan lamentandoce pk no soy garcia marques.
Sin embargo, la mala
ortografía dice -para mencionar apenas un aspecto- del bajísimo nivel de
instrucción escolar y lectura que posee una persona. ¿Y la mala redacción qué me dice? Bueno, lo mismo
pero agregándole algunos problemas cognitivos.
Hay algo más: Aunque la
ortografía y la redacción de una persona sean impecables, lo que dice en
las redes sociales también cuenta. Y no me refiero a las palabrotas, a los
madrazos públicos o expresiones de calibre mayor. Hablo del contenido, de la la
carga semántica que lleva explícita cada palabra. Porque una cosa es decir:
“Los planteamientos que usted expone son equivocados, según mi
pensamiento político” y otra bien diferente es vociferar: "Mamerto HP vallase pa Venezuela que aqui no cavemos si no los que tenemos la patria dentro del corazón".
Lo anterior lo traigo a referencia porque por estos lados llueve a cántaros ese tipo de argumentos... sin argumentos. Aquí lo que vale es el matoneo, el insulto sin razón, la amenaza solapada, la puñalada trapera. Claro: Como no te ven porque tienes puesta la careta del anonimato y no tienes al otro en frente para que te aseste un puñetazo en la jeta... o te diga, con el respaldo de su alto patriotismo: "Te doy en la cara, marica". Para la muestra un botón.
Ustedes saben que esto es de lado y lado. El odio visceral, ese que a algunos hace decir que matan y comen del muerto, no es patrimonio exclusivo de un sector. Veamos otra muestra:
Lacra, gonorrea, perra, gamín, retrasado, descerebrado, rata de alcantarilla, mierda personificada... la lista es infinita, pero tres o cuatro insultos para decir qué clase de persona es quien los profiere.
Ahora, cuando buena parte de la gente empieza a pedir mesura en en la expresión, aparecen los antisociales virtuales, esos que esconden su miedo tras la guarida de una cuenta (a veces falsa) para desempeñar el papel de bocón y hablar de darle bala a sus contradictores. O lo que es peor: para ocultar su cobardía e incitar a otros a que lo hagan.
Lo anterior me hace plantear una hipótesis descabellada y ciertamente morbosa, pues en lo que me toca -tanto en la última etapa de mi vida laboral como en la personal- algunas veces me han ofrecido boleto gratis para viajar al más allá. En la laboral aprendí que la frase popular de "perro que ladra no siempre muerde" se puede complementar con esta otra: "Del dicho al hecho hay mucho trecho". En la personal me voy por lo elemental y concluyo con una obviedad: "Para morir del todo lo único que se requiere es estar vivo". Entonces, en el hipotético evento de no tener la oportunidad de morir en la cama, víctima de una EPS, lo único que pediría a quien me quite esa posiblidad es que, antes de ejecutar su acto, tuviera el valor de mirarme a los ojos durante quince segundos. Ni uno menos, ni uno más.
11/20/2019
Píldoras de Constitucional
El Estado es el conjunto de instituciones jurídicas dentro de un territorio supuestamente libre y autónomo, donde conviven, de muy mala gana, los económicamente más poderosos, los que no lo son tanto, los que se creen que tienen mucho y los que no tienen ni dónde caer muertos. Esas instituciones están sostenidas por tres columnas o ramas del poder público: la ejecutiva, el legislativa y la judicial, que vistas de reojo parece que fueran una sola, porque las tres son manejadas a su conveniencia por los políticos y los económicamente más poderosos.
La rama ejecutiva es el mismo gobierno y está conformado por empleados que van desde el presidente de la república hasta el inspector de policía de cualquier rincón, quienes ejercen el poder como les da la gana. Se llama así porque es la encargada de ejecutar las órdenes de darle garrote "ventiao" al pueblo, aunque muchos de ellos son gente del pueblo que son elegidos por la gente del pueblo y reciben su paga mensual de los bolsillos de la gente del pueblo, pero sus cargos dependen de los políticos y de los económicamente más poderosos.
La rama judicial se encarga de administrar justicia e injusticia. Ahí se encuentra desde el magistrado más poderoso hasta el juez de más bajo rango pero que ya sabe levitar y cree que por fin dejó de ser gente del pueblo. Son nombrados por cooptación, que en lenguaje del pueblo quiere decir: Yo te nombro, Tú me nombras, Nosotros nos nombramos. La rama judicial se dice independiente, pero ese cuento sólo lo traga la gente ignorante del pueblo, porque a la hora del té hace inclinar la balanza de la justicia hacia donde el ejecutivo y el legislativo le señala con gestos obcenos, para que se sienta todo el peso de la ley en la gente del pueblo.
Como las tres ramas del poder público no pueden cuidarse las espaldas entre sí, cada una de ellas aporta lo que le corresponde para crear, regular y financiar la fuerza pública.
La fuerza pública está conformada por las Ejército y Policía Nacional que, a su vez, está integrada por gente del pueblo a la que le inyectan la idea de defender a Dios, la patria y la familia. Ellos no saben que Dios no necesita defensa, pero da igual porque es gente ignorante del pueblo a la que le hacen creer que la patria está en el monte y los latifundios de los más poderosos y que la familia no es la de Juan Pérez sino la de los Santodomingo, de los Gillinsky, de los Sarmiento y los Ardila Lulle. También le hacen creer que los enemigos de Dios, la patria, el honor y la familia son los comunistas; es decir, toda la demás gente del pueblo que no viste uniforme militar y causa molestias protestando por su situación. Fuezas Armadas y Policía dependen del ejecutivo, están para garantizar la seguridad del Estado y llevarle las bolsas a los económicamente más poderosos, aunque su sueldo mensual sale del bolsillo de la gente del pueblo.
En resumen: El Estado es un conjunto de instituciones sostenidas por las tres ramas del poder público que están en manos de los políticos y los económicamente más poderosos.
Para defender el Estado están los del otro lado, la gente del pueblo, esos que viven de milagro pero a diario agradecen a los poderosos la oportunidad de tener una TV de 52 pulgadas y un automóvil modelo 80 o una BWS a la que no puede pagar el costo de documentos. Esos mismos que comen a diario huevo con arroz y plátano frito pero consideran que quienes leventan su voz de protesta son comunistas, enemigos de la patria, una peste que hay que eliminar de la faz del planeta.
¿Ahora sí entienden?
11/16/2019
Evo no se lo merecía, pero...
Morales ha sido uno de los mejores presidentes de Bolivia, alabado incluso en sus primeros años por The Wall Street Journal, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Tiene las cifras a su favor: en sus 13 años de mandato, el PIB creció a un ritmo medio anual del 4,9% y la pobreza se redujo a la mitad. Ha sido mejor gestor que tres de sus aliados regionales: Chávez-Maduro, en Venezuela; Rafael Correa, en Ecuador, y Cristina Fernández de Kirchner, en Argentina. Solo le puede discutir el trono de la eficacia el brasileño Lula da Silva y los uruguayos del Frente Amplio.
11/15/2019
COLOMBIA ES UN PAIS PARADÓJICO
Por Alberto Salcedo Ramos
"Colombia es un país paradójico, y tal vez por eso sea muy difícil de entender. Colombia es un país de extremos, un país bipolar, ciclotímico; un país con una baja autoestima y al mismo tiempo con una gran altanería.
11/11/2019
Me faltan dedos o me sobran amigos
A raíz de uno de mis carteles publicados en Facebook, alguien muy preocupado me escribió por el chat de Messinger: "Te vas a quedar sin amigos". Eso me hizo revisar la lista de todos esos eventuales amigos y logré constatar que los que he ido recogiendo a lo largo de mis casi setenta años, puedo contarlos con los dedos de mis manos y me sobran dedos. O me faltan amigos. Y no es porque yo sea en exceso exigente al escogerlos; al contrario: es que pienso que las personas son muy exigentes al escogerme.
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