Llevamos casi un mes de paro nacional -con las conocidas consecuencias de lado y lado- y el gobierno nacional sigue ciego, sordo e insensible ante el reclamo del pueblo.
Resulta que la senadora Angélica Lozano descubrió qué es lo que hay detrás de la caída de la reforma pensional planteada: Otra reforma por debajo de la mesa. Y para eso, el presunto presidente y sus secuaces están echando mano del Plan de Desarrollo para el 2022 que en el artículo 117 trae, según palabras suyas, nada menos que "la expropiación del ahorro pensional".
¿Por qué? Porque el articulito, que es tan letal como la mordedura de una mamba negra, ya que si en la actualidad usted aporta a un fondo de pensiones y no logró pensionarse por falta de semanas, le devuelven lo que haya ahorrado en cualquiera de los dos sistemas. Y si usted muere, la plata se la devuelven a los herederos.
El gobierno ha dicho que no hará reforma pensional, al menos este año de 2021. Sin embargo, a espaldas del pueblo sí piensa hacerla para el 2022. El gobierno sabe que a la gente en general no le gusta leer, menos aún decretos y leyes. El gobierno sabe que con el paso del tiempo los viejos se vuelven despreocupados y desmemoriados y se les va a pasar ese plazo de diez días, ya sea por despreocupación o por olvido. Las viudas y los herederos... ¡Que se jodan! ¿Quién los mandó a depender de un pobre asalariado?
Los políticos carecen de moral. Mienten y engañan al pueblo y lo seguirán haciendo con cinismo y alevosía. Son perversos como los más criminales. Y cuando se trata de apropiarse de lo que corresponde al pueblo, por ejemplo de los ahorros pensionales, son truculentos y habilidosos para inventar normas que se aplican a sus asociados pero en beneficios de sus secuaces.
Lo "tranquilizante" es que no se roban todo. Esos ahorros no reclamados pasan a un BEP (Beneficios Económicos Periódicos) que no es otra cosa que un sistema de auxilios (como los famosos auxilios de Familias en Acción) para personas que no alcanzaron a pensionarse. De acuerdo con la senadora Angélica Lozano, esos BEP son en la actualidad de $40.000.oo por mes. Pero haciendo cuentas y recuentas, esos BEP quedarían en $18.000.oo mensuales, dinero que es más que suficiente para comprar diez panales de huevos de los de Carrasquilla. O un panal y medio de los que se venden en el supermercado.
En Colombia hay dos millones cien mil pensionados. Que no están desangrando al Estado, como afirman los que no fueron beneficiados con la capacidad de análisis. Son dos millones cien mil viejos que están disfrutando de lo que ahorraron durante treinta o más años de vida laboral (cuarenta y seis años, como en mi caso). Con las medidas previstas, los pensionados serán cada vez menos y los que aspiren a pensionarse serán ninguno.
Los viejos tienen (tenemos) unos derechos adquiridos. Por eso muchos no salen a marchar. Se quedan en sus casas disfrutando de las monedas que le retribuyen por haber entregado una parte de lo devengado. Mentalidad fuertemente arraigada en la genética del colombiano. En cambio los jóvenes sí saben que su futuro es una nebulosa y que hay que construirlo a golpe de paros, marchas y con el brazo en alto. Ellos son los que tienen la voz en estos momentos. Ellos son los que tienen que entrar con decisión por la puerta delantera, mientras los viejos vamos saliendo por la puerta trasera.
POSDATA: Adivinen qué Ministerio de Hacienda está detrás de todo eso. Adivinen.
1 comentario:
Por donde sea sacan la plata a costilla del más pobre.
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