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6/29/2019

AGUILUCHOS QUE VUELAN BAJO, MUY BAJO


Por primera vez, desde que asumí el oficio de escritor, debo aceptar que no sabía cómo empezar este texto. Largo tiempo me senté frente a mi portátil sin encontrar las palabras, sin que las ideas fluyeran. Es que no sabía cómo expresar mi impotencia ante ciertas situaciones que, aunque me son harto conocidas, ahora me tomaron por sorpresa. No sé cómo manejar la gran frustración que siento por vivir en un país donde la gente dice que goza de todas las libertades, pero a la hora de la verdad no es posible expresar opiniones propias sin correr algún tipo de riesgo.  El riesgo menor es el irrespeto, que a veces se presenta con insultos. El mayor, ya lo saben, es la muerte.

Una contingencia intermedia es la amenaza, esa advertencia que a diario recibimos y de la cual, una vez sopesada su intención, sabemos a qué atenernos. El agente de tránsito al que le escupen un Usted no sabe quién soy yo sabe que esa amenaza no tiene consecuencias, salvo la de quedar expuesta en las redes sociales. El muchacho de la escuela a quien su compañero de salón le dice: A la salida nos vemos, sabe que esa amenaza puede traer el doloroso resultado de un puñetazo. El deudor que recibe una notificación de cobro jurídico sabe que esa amenaza puede terminar en un embargo. Pero el “boletiado” ese que recibe un papel tirado por debajo de la puerta en el que le advierten que debe entregar cierta suma de dinero o cualquiera otra exigencia, sabe que esa amenaza debe cumplirse para continuar ejerciendo la actividad por la cual recibe la invitación a colaborar económicamente. Y seguir respirando.

En la primera consideración, la del menor riesgo, he estado siempre por publicar mensajes que tocan la fibra política de los de izquierda y derecha en Facebook, ya sea mediante lo que llamo cartelitos o a manera de artículos. He recibido regaños, reproches, censuras, condenas, reprobaciones, quejas, insultos, bloqueos, etc. Me han dicho que si vivo en Marte o en la Luna, me han calificado de incoherente, me han insinuado que me vaya para Venezuela o Cuba, me han mandado a comer mierda, han calificado como basura lo que digo, me han otorgado carné de castrochavista… incluso, en un extremo opuesto, me han enviado al Ubérrimo para que, literalmente, le bese el culo a Uribe. 

Como yo sé con qué tipo de gente y de gentuza debo tratar en las redes sociales, no le doy mucha importancia a esos calificativos desobligantes, groseros, mezquinos, propios de quienes actúan en las marginalidades. Pocas veces les doy respuesta, porque sé que estoy hablando con gente cuyo único argumento son las dos piedras que cargan en la mano y eso no me va a hacer cambiar de pensamiento (sólo los argumentos inteligentes y convincentes pueden hacerlo) ni le va a poner una mordaza a mi libre e independiente opinión. 

Ahora entré en otra categoría: la de los “boletiados”. El pasado miércoles 26 de junio, bien de madrugada, abrí mi correo y encontré un mensaje spam enviado por luchoaguilar90@gmail.com. ¿Lucho Aguilar? ¿Aguilucho? Aunque no está en mis contactos, vi un documento en pdf que descargué, previo análisis antivirus. La sorpresa fue grande y la primera impresión más que impactante. 


  
Acepto que sentí miedo y, en un comienzo no supe qué hacer. Finalmente decidí llamar a un amigo del pueblo, pero no me respondió. Llamé a otro, que vive en Buga, y en sus hombros descargué mis inquietudes. Luego llamé a una amiga poeta de Tuluá y a una ex-compañera del CTI. Con lo recogido de esas charlas, la colaboración de otro amigo conocedor del tema y mi no olvidada experiencia me di, en estos cuatro días, a hacer un análisis de ese panfleto, llegando a deducciones que, obviamente, no voy a publicar aquí pero que, con alto porcentaje de certeza, indican que el panfleto recibido NO proviene de ese grupo que no existe pero ahí está; es obra de una persona que no encontró otra manera de presionar para meterme terror y lograr mi silencio. Esa mensajero subterráneo, por alguna razón estrictamente personal  me escogió como su objetivo. ¿Acaso soy el único que hace crítica y pone el dedo en la llaga política? Desde luego, conoce mi email y envió su mensaje, con muchas inconsistencias -como la fecha, la falta de un Frente responsable y el equívoco con mi apellido- desde un correo de perfil falso, tan falso que lo eliminó inmediatamente. Que me odie, es lo de menos. Que exteriorice su odio de esa manera tan rastrera es lo reprochable. Merece peores calificativos que los que he coleccionado en mi hoja de vida.

A esa persona (y a las que asumen ese paradigmático rol de la cobardía) le digo públicamente que las réplicas se hacen con argumentos, no con sucias intimidaciones que -no voy a negar- lograron otros objetivos: me produjeron, primero, desazón, temor, frustración, impotencia… Rabia. Luego, tuvieron el poder de quitarme el sueño por tres días y el apetito hasta ahora, pero no más. Sin embargo, le digo a esa persona que no callaré. Y no lo digo con intrepidez o por un arranque de falso heroísmo. Lo digo con la convicción de quien tiene grabados en su consciencia un montón de ideas e ideales que, seguramente, a ojos ajenos son  estupideces, pero para mí son la razón de la lucha supramaterial que emprendo todos los días..

 




6/10/2019

La imprevisión de desastres


Es de la naturaleza humana caer dos veces en el mismo hueco, pero es muy de los colombianos profundizar el hueco para caer más hondo. La inundación que se vio el domingo 9 de junio en Roldanillo no fue causada por un imprevisto. Al contrario: fue producto de un sinnúmero de circunstancias que todos conocemos de sobra pero que las autoridades encargadas de esos asuntos no atienden de manera preventiva.

No es la primera vez que los ríos Roldanillo y Rey y el zanjón de Los Mudos desborda su cauce. Tampoco será la última, decimos los escépticos. Hace un año dimos voz de alerta sobre lo que suele ocurrir en este pueblo en épocas de lluvias, sin que lo dicho hubiera causado efecto alguno en la inercia de las autoridades respectivas. Es que la oficialidad no está diseñada para atender el clamor de la gente. Su compromiso es de otra índole y sus prioridades son para con otros sectores. 

En cada municipio existe un Comité de Prevención de Desastres. Si nos apegamos al significado específico de las palabras, ese comité es creado para PREVENIR las posibilidades de un riesgo o de un hecho catastrófico o una desgracia inesperada. Sin embargo, sus integrantes (alcalde, comandante de bomberos, comandante de policía, jefe de la Defensa Civil y otros "miembros representativos" de la comunidad) suelen reunirse cuando ya no hay Santa Lucía que valga. Al menos eso es lo que uno deduce cuando, por ejemplo, el IDEAM anuncia una temporada de copiosas lluvias en el norte del Valle y, a los pocos días, el cobertizo del negocio que instaló "mi negrito" a la orilla del río Roldanillo, diagonal a la escuela Kennedy, es arrastrado por una creciente, dejándolo, económicamente, en la calle. Y tres meses después, a pesar de las predicciones del IDEAM, los hechos se repiten bajo las mismas circunstancias. ¿"mi negrito" es un tipo con mala suerte? No, señor. Es una víctima de la falta de previsón y prevención. El famoso Comité no le dijo que si seguía en ese sitio corría el riesgo de volver a quedar en la calle. El famoso comité no recomendó a la alcaldía que lo reubicara en un lugar seguro. 
Casas construidas en las riveras del río Roldanillo.
Con insistencia se ha denunciado la situación crítica del río Rey, que fue intervenido con maquinaria pesada para desviarlo hacia la hacienda La Rioja, secando su cauce a partir de ese sitio. ¿Quién autorizó? ¿Cuál fue el argumento de peso para permitir tal despropósito?

El río Roldanillo recibe un tratamiento de quinta categoría. Sus afluentes han corrido igual suerte que el río Rey. A lo que hay que agregar la deforestación paulatina de su cuenca, ya que los bosques nativos fueron reemplazados por cultivos escalonados de abeto con destino a la industrial de papel. Como si fuera poco, al entrar en la zona urbana se convierte en el vertedero ideal de basuras y escombros.

A diario y desde las 4:00 a.m. suben y bajan por la vía Roldanillo-La Tulia un promedio de treinta camiones como éste. Son los responsables del deterioro de la carrera 8, desde la calle 3 hasta el parque de La Ermita. ¿Por qué no ha sido repavimentada como otras vías? Quizás por las mismas razones económicas que deterioran el puente Eustaquio Palacios.
El zanjón de Los Mudos, que baja por las estribaciones del cerro de la Tres Cruces, es otra historia. Desde tiempos que se pierden en la memoria, este zanjón ha sido el dolor de cabeza del sector conocido como Ipira. Las inundaciones cíclicas no han fallado. Aún así, los responsables del desarrollo urbanístico que significó la aparición de los barrios El Prado y Barbosa y Torrijos no tuvieron en cuenta ese factor y, sin medir consecuencias, otorgaron licencias de construcción sobre las riveras, dándose casos extremos en que su curso pasa por el patio de algunas casas. 

Concluyamos, entonces, que el Comité de Prevención de desastres debe cambiar ese nombre, al menos en lo que atañe a la PREVENCIÓN. Y nosotros debemos cambiar de actitud frente a la inoperancia de las autoridades. Pero también debemos cambiar de actitud frente a nosotros mismos, pues nos lamentamos de los desastres naturales pero no reconocemos que la mayor parte de esos desastres son producidos por nuestras manos... por nuestra falta de consciencia de conservación de los recursos.

6/08/2019

No pongan palabras inexistentes en boca de la Corte



Lo cierto es que los colombianos somos una especie muy particular dentro del particular panorama continental. Sólo fue suficiente que un periodista -de esos que estudiaron para desinforman- publicara la decisión tomada por la Corte Constitucional en relación con el consumo de sustancias, y ahí mismo dimos un salto al ruedo para dejar en claro que eso era un error muy grande, que estábamos jodidos con estos sinvergüenzas. Desde luego, nadie había leído la sentencia correspondiente, ni se había tomado el trabajo de buscar información sobre el asunto. 

Pues bien, sucede que la Corte no ha dado vía libre al consumo de licor y otras sustancias psicoactivas. Lo que pasa es que es que la Ley 1801 de 2016 tiene dos artículitos, el 33 y el 140, que regula los comportamientos que afectan la tranquilidad y relaciones respetuosas de las personas y los comportamientos contrarios al cuidado e integridad del espacio público. El 33, en su numeral 2, literal c) se refiere, entre otras cosas, a que se considera una contravención al Código de Policía Consumir sustancias alcohólicas, psicoactivas o prohibidas, no autorizadas para su consumo en espacio público, lugares abiertos al público, o que siendo privados trasciendan a lo público. El 140, por su parte, en su numeral 7 señala como contrario a la norma: Consumir bebidas alcohólicas, sustancias psicoactivas o prohibidas en estadios, coliseos, centros deportivos, parques, hospitales, centros de salud y en general, en el espacio público , excepto en las actividades autorizadas por la autoridad competente.

Con el fin de dar mayor claridad, he resaltado con caracteres rojos lo que la Corte consideró inconstitucional en los dos artículos. Si leen, no con ojo de abogado -que esos tienen ojo de águila- sino con la mirada atenta de un lector que tiene buena capacidad de interpretación y análisis, se podrá apreciar que, por ningún lado, la Corte está dando vía libre al consumo de licor estupefacientes en espacios públicos. Lo que está expresando es que alcohólicas y psicoactivas son términos lingüísticos genéricos, pero a la vez excluyentes. Vale decir: las palabrejas abarcan un sinnúmero de sustancias estupefacientes (¿Quién dijo que el licor no es un estupefaciente?), pero dentro de la norma termina particularizando de manera muy específica a las alcohólica y psicoactivas.

Visto desde ese otro ángulo jurídico, la norma queda así:

Artículo 33°. Comportamientos que afectan la tranquilidad y relaciones respetuosas de las personas. Los siguientes comportamientos afectan la tranquilidad y relaciones respetuosas de las personas y por lo tanto no deben efectuarse: 

2. En espacio público, lugares abiertos al público, o que siendo privados trasciendan a lo público: 

c) Consumir sustancias alcohólicas, psicoactivas o prohibidas, no autorizados para su consumo.  

Artículo 140. Comportamientos contrarios al cuidado e integridad del espacio público. Los siguientes comportamientos son contrarios al cuidado e integridad del espacio público y por lo tanto no deben efectuarse:

7. Consumir bebidas alcohólicas, sustancias psicoactivas o prohibidas no autorizadas para su consumo en estadios, coliseos, centros deportivos, parques, hospitales, centros de salud y en general, en el espacio público, excepto en las actividades autorizadas por la autoridad competente.  

Por ningún lado se encuentra que la Corte Constitucional permita que nos emborrachemos y metamos vicio a la lata en los espacios públicos abiertos. Tampoco dice que lo debemos hacer en alcoholódromos o basucódromos destinas para tal efecto. Simplemente se pronunció sobre la existencia de un cargo de inconstitucionalidad en contra de las normas legales parcialmente acusadas, por violación del derecho al libre desarrollo de la personalidad.

¿el Legislador viola el derecho al libre desarrollo de la personalidad al prohibir de forma general, so pena de medidas de policía, el consumo de bebidas alcohólicas y sustancias psicoactivas “e n espacio público, lugares abiertos al público, o que siendo privados trasciendan a lo público ”, como forma de proteger la tranquilidad y las relaciones respetuosas?

¿el Legislador viola el derecho al libre desarrollo de la personalidad al prohibir de forma general, so pena de medidas de policía, el consumo de bebidas alcohólicas y sustancias psicoactivas “en parques [y en] el espacio público ”, como forma de proteger el cuidado y la integridad de dicho espacio?

Los anteriores interrogantes se los planteó la Corte antes de entrar a resolver el petítum de los dos demandantes, concluyendo que la prohibición amplia y genérica que consagra el Código de Policía carece de razón constitucional porque la restricción genérica corresponde a la Constitución Nacional y, por lo tanto, la prohibición debe hacerse específica y  por los mismos medios policiales que el Código de Policía contempla, sin afectar los derechos fundamentales.

En palabras de la Corte: 

"Para la Sala, el texto legal de las reglas acusadas tiene unas amplias prohibiciones que impactan el ejercicio del derecho al libre desarrollo de la personalidad de forma considerable. Se trata de una medida que impone una prohibición de realizar una actividad, que en sí misma no está excluida del ordenamiento jurídico, y lo hace de forma amplia y genérica en todo el espacio público. La restricción se adopta de forma específica en los parques, para proteger el cuidado y la integridad de dicho espacio, y se expande a los espacios privados abiertos al público o privados que trascienden a lo público, cuando de proteger la tranquilidad y las relaciones respetuosas se trata. Dada la amplia definición de espacio público que el propio Código contempla y que la extensión de la prohibición se da incluso hasta espacios privados, que no se encuentran claramente determinados por la norma, la Sala advierte que se está evaluando dos normas legales que imponen restricciones significativas a las libertades de las personas. En el caso de la limitación a las libertades en ámbitos privados, con impactos en lo público, es claro que el control de constitucionalidad de la Corte ha de ser más fuerte, a la vez que en la restricción a las libertades en el ámbito público el control ha de ser, en principio, más deferente. Sin embargo, por el alto grado de impacto y las condiciones específicas de la norma, la Sala optó en este caso hacer en uno y otro caso un juicio estricto".

En palabras del común de la gente, la Corte hace notar que el Código de Policía no puede crear o modificar conceptos genéricos del orden jurídico, pues lo genérico en ese aspecto corresponde al orden constitucional. Si el Código quiere restringir un derecho debe hacerse mediante una norma que no supere los mandatos de la Carta Política. 

¿Ahora sí medio entendemos?

Desde luego que en tratándose de leyes, decretos, etc. todo queda a la interpretación. Y aunque en Colombia hay cuarenta y ocho millones de abogados, sólo los que han asistido seis años a la Universidad pueden aproximarse con menos dificultad al alcance de la inexequibilidad de esas dos expresiones lingüísticas insertas en los dos artículos en mención.

6/05/2019

NADA HA CAMBIADO EN 70 AÑOS




Uno podría pensar que es una denuncia atrasada, pues narra hechos que fueron frecuentes en la llamada violencia política de los años 50 y 60, cuando pájaros, chusmeros y bandoleros se aliaron con miembros del ejército, de la policía y del Servicio de Inteligencia Colombiano SIC, antecesor del DAS, para cometer los crímenes más atroces. Las narraciones de las hordas que hace 70 años llegaban a las fincas para incediarlas, asesinar a sus ocupantes, incluyendo a los niños, quedaron consigandas en documentos testimoniales como La Violencia en Colombia de Monseñor Germán Guzmán, El abogado Eduardo Umaña Luna y el sociólogo Orlando Fals Borda. 

¿Épocas superdas? Ingenuo sería quien pesara que sí. La violencia en Colombia inició en 1839 y no ha parado.

Las acusaciones, para justificar el actuar arbitrario de los soldados, están sustentadas en las mentiras de siempre. ¿Que podrá hacer en el futuro cercano con un niño de 12 años que vio cómo los "héroes de la patria" quemaban la casa de sus padres? No quiero ni pensarlo.


En la gráfica puede observarse a dos los peligrosos campesinos (seguramente ultracomunistas o terroristas de azadón) que fueron capturados por los valientes soldados colombianos y la policía nacional.
 Igual a lo ocurrido con los campesinos que ocupaban la región que fue escogida para la construcción de la represa de Ituango, los campesinos empiezan a ser desplazados de la región del Otún. Es que el Eterno necesita esa zona para construir un teleférico.



6/02/2019

RECOMENDACIONES A LOS CANDIDATOS A LA ALCALDÍA


Cuando tres o cuatro personajes de la política local deciden hacerle la venia sumisa a su cacique para que les dé la bendición a sus aspiraciones a la alcaldía, ya le han echado cabeza a los aspectos que le darán soporte a su programa de gobierno.

¿Qué hacer en salud, educación, infraestructura, recreación y deporte, cultura, empleo, etc.?

Todos sabemos que las propuesta de gobierno -las de campaña y las que se dejan en el papel- han sido y no dejarán de ser disco rayado. Por eso, si alguien les pregunta (no ha de faltar el impertinente preguntón) qué es lo que ejecutarán concretamente en cada uno de esos temas, los candidatos deberán tener la respuesta apropiada.


Teniendo en cuenta mi larga experiencia como asesor de candidatos sin futuro, me permito hacer, a cuatro meses de la contienda electoral, las siguientes recomendaciones:

No sigan con el ya desgastado cuento de: “Desarrollaré estrategias gerenciales y fiscales dirigidas a viabilizar la efectiva utilización de los recursos que potencien de una vez por todas el campo de acción del sector laboral, haciendo uso racional de las posibilidades de una inexistente pero promisoria fuente de emprendimiento". Eso es pura caca. A la gente del común les gusta que vayan al grano. Pero... ¡Cuidado! Si van a enredar a sus potenciales e interesados electores, deben ser sinceros (claro, sin llegar a los extremos) y decir que las fuentes de trabajo en la aldea se secaron, aunque nadie tiene de qué preocuparse porque ya harán las gestiones para conseguir el agua bendita. A renglón seguido denuncien, sin pruebas y sin dejar de sonreír, que todo es culpa de la actual administración. O de las anteriores, si la actual es del mismo directorio y en vez de denunciar toca tapar. Eso no falla. Sin embargo, siempre mantengan un as bajo la manga: cambie de tema sin que se note y ofrezcan, por ejemplo, contratos de trabajo por tres meses, que esas son las chocolatinas efectivas para mostrar que al menos hay intención de cumplir.

Prometan trabajar denodadamente para mejorar las condiciones de la educación en la aldea, sin entrar en más detalles. Tengan en cuenta que la calidad de la educación no es de su incumbencia y que en Colombia está diseñada para que los profesores mantengan en huelga reclamando sus derechos y la gente del montón, que es la que vota a cambio de una caja de lechona, no piense ni se detenga en aburridos análisis políticos. Sean directos y digan que van aventar cemento a la lata en la entrada de una escuela, que van a llevar miles de tejas para tapar las goteras de aquella otra y que a todas les van a tirar pintura en cantidades oceánicas para que las fachadas queden del color de la nueva administración. Eso sí, la entrega de un buen lote de textos obsoletos comprados con sobrecosto los acercará a la simpatía de la comunidad educativa. Y hasta los hará acreedores de una plaquita de bronce reciclado. 

No vayan a abrir la boca para ofrecer el oro y el moro en asuntos de salud. Es que si en este tema el gobierno nacional se burla de los colombianos, no serán ustedes quienes tenga la ocurrencia de tomar la cosa en serio. Lo mejor es que salgan airosos con las campañitas veredales de siempre, sin olvidar comprometerse con el ejército de jóvenes ingenuos que estén trabajando en las campañas y ofrézcanles dos meses de trabajo como encuestadores de la décima revisión del SISBEN. No se preocupen por la ineficiencia de las EPS y la inoperancia de las IPS, porque eso es harina de otro costal.

Prometan, también, que el deporte será una prioridad. Para demostrarlo, aprovisiónense de cajonados de medallas de hojalata y trofeos de pasta para todos los deportes, adquieran unos cien lotes de uniformes ordinarios pero que parezcan de marca y lo demás déjenlo a los monitores. Ésos son unos magos para producir grandes resultados con mínimos recursos. Tampoco se trasnochen con lo de la financiación para competir en otros municipios. Ahí están los padres de los deportistas, que son los verdaderos campeones en meterse la mano al bolsillo.

Insinúen que darán apoyo a las bellas artes y a la cultura en todas sus expresiones, omitiendo la palabra "incondicional"; pero tengan siempre presente que el arte y la cultura son un embeleco de pocos, algo que sólo llama la atención de esos personajes que afirman ser amantes de la libertad pero, en realidad, son unos mechudos libertinos que ocultan tendencias sospechosamente comunistas detrás de su excentricidad. Recuerden, además, que muchos de esos folclóricos loquillos ni votan, ni rajan, ni prestan el acha. 

Eso sí, prometan cemento y arena por toneladas. No olviden: por toneladas. Eso es lo que le encanta a todo el mundo y produce votos a granel. Un buen alcade nunca seerá el que fomente el desarrollo social sino el que pavimente como si esa fuera la misión de su vida. Además, El cemento y la arena dejan enormes ganancias, incluso para la imagen del mandatario. Díganle al elector que van a vaciar concreto como para pavimentar una carretera que vaya desde aquí hasta Ciudad del Cabo, Anuncien la construcción de muchas e importantes obras, sin mencionar cuáles ni asegurar a nadie que van a ser terminadas. No importa: de toda forma les levantarán un pedestal más elevado que el de un campeón olímpico. Y al final, eso será lo más importante, algunas monedas quedarán para el tinto de sus patrocinadores. No olvidar, entonces: Cemento, cemento, cemento. Lo demás es lo de menos.

Por último (aunque las propuestas son infinitas)  no tengan compasión por los cerdos, por los cerdos reales. Tengan presente que son la materia prima de ese plato electorero que en la consecución de votos resulta más barato que un saco de cemento, tres tejas de zinc, cincuenta ladrillos, el pago de la factura de energía, el billete de veinte mil doblado en artístico origami y todos esos cariñosos detalles que tanto halagan al votante sin criterio. Jamás olviden que hace pocos años un candidato ensayó la estrategia de "regalar" pollitos y escogió la media noche para entregarlos. No les aconsejo que lo hagan.  Hacen más ruido que un castrochavista y con su desesperante piar quedarán ustedes en evidencia. Finalmente, por nada dejen de aprovisionarse de cremas y jabones antibacterias. Con tanto besuqueo de mejillas y tanta sobadera de gente que ustedes no volverán a ver ni en las curvas, lo mejor es prevenir. Uno nunca sabe.