Me gusta el espectáculo de los parapentes. Y como lo prometí, muy a las 8:00 a.m. estuve en
la casa de la cultura. Desde la madrugada y durante los 50 kilómetros de viaje,
una lluvia pertinaz se dejó caer. Parecía que nunca pararía. En la puerta de entrada vi a Jorge Ariel
Hurtado, uno de los animadores de la marcha. Algo me dijo en relación con la
teoría de la lluvia como factor de disculpa para que la gente no respondiera a
la invitación. Yo me incliné mas a la realidad y le contesté que la gente
prefería participar desde las redes sociales porque eso no le exigía esfuerzo
alguno y por eso sólo yo estaba ahí, aunque había viajado desde Tuluá. Luego me
encontré con Carlos Guzmán y con Álvaro David López. Diálogos similares.
Varios aspectos se deben entrar a considerar en
relación con lo que ocurre en Roldanillo, especialmente con los problemas que tienen
directa incidencia en la comunidad. Lo del parque, por ejemplo, sigue ahí
después de pasar 10 meses desde que el señor Jaime Ríos anunciara que las
gracias de su antecesor las solucionaría en 45 días. Las calles siguen igual o
peor. Nadie sabe si el plan de acción que lo respaldaba en su camino a la
alcaldía se ha cumplido en el 21% del tiempo que lleva administrando el municipio. Ahora
se presenta el tema de la instalación de unas torres eléctricas que acabaría
con las prácticas del parapentismo en este municipio y de manera consecuente
con las actividades comerciales y turísticas que ese deporte extremo ha
generado.
Sobre este tema hay mucha tela para cortar.
Desde hace 34 años, cuando llegaron los
primeros “cometistas” a nuestro pueblo, se vio la necesidad de incrementar el
servicio hotelero (que para la época sólo contaba con dos o tres hospedajes) y
hubo necesidad de acudir a las familias que contaran con uno o dos cuartos
extras para alojar a los que venían de diferentes países. Los años pasaron y se
crearon campeonatos nacionales e internacionales de ala delta y la afluencia de
turistas se hizo mayor. Nacía en Roldanillo una industria muy poderosa: el
turismo. Sin embargo, las autoridades administrativas del municipio no tuvieron
la visión amplia que se necesitaba para organizar las cosas de tal manera que
no crecieran a la buena de Dios. Sólo los pequeños comerciantes, los vendedores
de fritanga, los cacharreros, los que inicialmente prestaron sus cuartos para
hospedar extranjeros, sólo ellos vieron crecer el fenómeno y la oportunidad de
incrementar sus ingresos.
No se conoce pronunciamiento alguno que aluda
a las políticas oficiales trazadas para estructurar la actividad turística que
genera el parapentismo en Roldanillo (porque la actividad turística que genera
el Museo Rayo es otra historia). No hay un estatuto turístico para Roldanillo. No
hay capacitación para la formación de guías turísticos. No hay un plan
alternativo para ofrecerle a los visitantes. No hay capacitación a taxistas y otras personas
prestadoras de servicios dirigidos exclusivamente al que visita al pueblo. Pero
lo que es peor: no existen políticas de prevención para contrarrestar la
problemática que viene implícita con el turismo. No podemos pasar por alto que
detrás del fenómeno turístico llega el fenómeno delictivo. La comisión de
delitos como el hurto y el narcotráfico minoritario, para sólo mencionar dos de
los que no se veían hace pocos años y que han crecido en las estadísticas. Todo
esto sin tocar otros aspectos que aluden, por ejemplo, al creciente y lucrativo
mercado sexual que envolvió en sus tentáculos incluso a menores de edad. ¿Será
que poso de moralista y exagerado? ¿O Será que en esa materia las autoridades
administrativas se han dormido en los laureles?
Entonces, el problema de fondo no son unas torres de energía ni la pérdida del privilegio de ver el vuelo de unos soñadores.
Alguien que me está leyendo en estos momentos
y a quien reitero mi agradecimiento por ilustrarme con su experiencia en este
tema, me hizo notar que algunos comerciantes y emprendedores (Creo que antes
les decíamos negociantes) creyeron que el turismo en Roldanillo les daría una
buena oportunidad de crecer económicamente y construyeron algunos hoteles. Pero
olvidaron algo muy importante: el extranjero cuando viene a nuestro país
prefiere el ambiente campestre. Los hoteles construidos sobreviven en la
subutilización. A duras penas.
En cuanto a las torres que una empresa (al
parecer extranjera) ya empezó a instalar y que coronarán la cordillera
occidental, es necesario entrar a analizar cuál es el beneficio real que trae,
no solamente para Roldanillo sino para la región. Al menos hay que sopesar los
intereses de la comunidad, que a la hora del té poco importa a los pulpos
económicos del país y a las multinacionales. Hablando con mi amigo Julián
Aguilar yo le decía que esas torres son el soporte de una red de cables que conducirá
mucha energía, pero también mucho billete. Si el billete va para las manos de
los dueños de predios afectados con la instalación de esas torres, vaya y
venga. Pero si va a parar a… Bueno, no especulemos.
En todo caso participé en la marcha pro
parapentismo porque Jorge Ariel, Carlos y Álvaro David son mis amigos y con
ellos tengo algo en común: el quijotismo. Pero la verdad es que me guardo
algunas dudas con las marchas de protesta. No llegan a quien debe llegar. Y la
de hoy sí que menos llegará a quienes ya iniciaron su proyecto y lo terminarán
por encima de cualquier cosa. El señor alcalde posiblemente sepa que eso es
así. Los ciudadanos del común sabemos que eso es así. Además, la marcha de
protesta que se realizó hoy se desvirtuó y casi me hizo olvidar que los
protagonistas eran los parapentistas y no el señor alcalde. Las dudas que tenía sobre la
participación oficial en esta marcha quedaron despejadas. Y más cuando algunas
personas con ambiguos intereses en la Alcaldía ni se pronunciaron ni
participaron.
POSDATA: Después de ver que los que se benefician de la actividad del parapentismo no mostraron la cara, me pregunté: ¿Moriré sin ver al pueblo de
Roldanillo dejándose meter los dedos a la boca sin ejercer el derecho a pegar
un buen mordisco? No me hago ilusiones.
1 comentario:
Buen analisis... de todas maneras guardo la esperanza que esta manifestación mas las cartas, respaldadas con unas 500 firmas que hemos recogido y los derechos de petición que hemos enviado (La Corporación de Turismo de Roldanillo de la cual el Hotel que dirijo es socia) logren hacer modificar el trazado de dichas torres y tocara seguir en la lucha.
Gracias por la compañia y el apoyo en redes con las imagenes y por el apoyo en persona.
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