Hace poco se abrió una discusión –un
poco tensa pero civilizada, hay reconocerlo- por motivo de la publicación que
hizo el señor Delio J. Naranjo de una imagen con el siguiente texto: Yo ♥ a Roldanillo. Ante una reacción
un tanto cargada de indignación, el señor Naranjo, a quien no he tenido ni el
gusto ni el disgusto de conocer, expresó que había que quejarse menos y actuar
más. Ahí empezó la fiesta y algunos nos dedicamos a lo que mejor sabemos hacer:
discutir apasionadamente por Facebook.
Es
cierto: los roldanillenses nos hemos acostumbrado a la comodidad, a
hablar hasta por los codos sin mover un dedo, así sea en las circunstancias
menos importantes. “¡Qué calor tan insoportable! ¿Quién va por refrescos?”, preguntamos.
Y nos quedamos apoltronados, esperando que alguien vaya por los refrescos.
Así es en todos los espacios de la vida, incluyendo ese infinito escenario que se
denomina genéricamente como redes sociales.
En el caso de Roldanillo, existen en Facebook
varios grupos con un buen número de miembros, donde se tocan diversos temas y
donde cada quien hace comentarios a su conveniencia. Hasta ahí muy bien. Lo que
no está bien es que, en algunos casos, alguien haga un llamado o promueve una
causa -como ocurrió con “NO más reformas
al parque Elías Guerrero” o como ocurre con el grupo “Observatorio Ciudadano”- y
de inmediato salte el ejército de seguidores a darle ME GUSTA, a pulsar en
COMPARTIR y a hacer comentarios como: “Por eso es que estamos así”, “Falta más
compromiso de las autoridades municipales”, “Esa gente roba tranquilamente y
nadie les dice nada”. Así nada más: sin el acompañamiento de fórmulas de
solución. Si estamos así, ¿Qué hacer
para mejorar? Si falta más compromiso de las autoridades, ¿Qué se propone para
que lo adquieran? Si esa gente roba tranquilamente, ¿Cómo VAMOS a evitarlo?
Pero la frase que más risa me causa, no por lo graciosa sino por lo cómoda, es
esta: “¿Y qué van a hacer para evitar esos abusos?” El que la escribe no se
incluye, no pone el pecho, espera que los demás lo hagan. Mejor dicho: ¿Quién va
por los refrescos?
Lo de darle ME GUSTA se entiende un poco más.
Sucede que es lo más cómodo para decirle al autor del artículo que éste fue leído,
aunque no haya sido cierto, porque qué pereza esos textos tan largos. Mientras
que COMPARTIR da a entender que sí lo leyó y que, a su criterio, merece ser conocido
por otros.
Así como el señor Delio J. Naranjo dice que -en
lo que hace referencia al tema de Roldanillo- hay que quejarse menos y actuar
más, yo retomo la idea y la adapto a mi manera de pensar para decir: con los
problemas que tiene Roldanillo hay que QUEJARSE más, mucho más, es decir: CRITICAR más, pero
con fundamentos y propuestas válidas. Y, en consecuencia, hay que ACTUAR mucho
más para no quedarse uno como mero espectador de la historia. Dicho de otra
manera: Si me quejo menos –es decir, si critico menos- es porque la eficiencia
y eficacia de la administración municipal me ha dejado menos razones para
actuar. Claro que al criticar más se corre el riesgo de ser calificado como resentido,
inconforme, amargado indeseable o, en el peor de los casos, comunista. Prefiero
cualquiera de esos (o todos, si así lo prefieren) a que me tilden de
CONFORMISTA.
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