Páginas

12/07/2017

TURISMO SIN CONTROL

Quisiera hablar siempre de cosas positivas, pero la realidad dice otra cosa. Hace días me senté en el parque de La Ermita y fui testigo de algo que en realidad me entristeció: tres jovencitas de no más de catorce años -lejos de llegar a la edad de ser manipuladas políticamente- y dos tipos de edad indefinible pero con aspecto de turistas mochileros, parecían estar charlando de manera despreocupada. De vez en cuando reían. Los observé por un momento y sin ningún interés y luego me entretuve con un folleto publicitario. Cuando dirigí de nuevo la mirada hacia el grupo, noté que estaban fumando y pensé que eso era censurable en muchachas de tan corta edad. Entonces dí una vuelta y pasé por su lado. Al mirar detenidamente, pude constatar que estaban fumando marihuana. Fue impactante para mí, padre de una niña de 10 años, pero  además fue  frustrante porque llamé al 112 y, para mi sorpresa, me contestaron de una estación de policía en Cali. Un viejo amigo, que al parecer no me reconoció, pasó y sin detenerse me dirigió este comentario: “Eso es lo que nos deja el parapentismo”. Creo que no, intenté contestarle, pero mejor lo dejé así. El microtráfico ha sido el pan nuestro (corrijo: de muchos) desde antes del parapentismo.


Es innegable que antes del Museo Rayo y de los campeonatos de aladeltismo y parapentismo, Roldanillo era apenas una aldea de bucólica imagen que no aparecía ni en los mapas. Cuando uno decía en Bogotá, por ejemplo, que vivía en Roldanillo o que procedía de esta población, la pregunta siempre era la misma: ¿Y eso dónde queda? No exagero. Y si estábamos en Cali, el comentario no dejaba de hacer referencia a la violencia que en los años 50 y 60 azotó (al igual que ahora) a todo el norte del Valle.

Pero a Roldanillo le ocurrió lo mismo que a un vecino mío que quedó cuadrapléjico después de un accidente y uno de sus parientes llegado del exterior, en un arrebato de extraña y retorcida solidaridad, le obsequió una bicicleta de no sé cuántos millones de pesos: No supo qué hacer con ella porque no podía manejarla. A nosotros también nos llegó el regalo de un flujo turístico que fue creciendo de manera desmesurada y las autoridades respectivas no supieron que hacer en esos momentos. No supieron manejarlo. Del hotel Valle, el restaurante de Horacio Salcedo y algunas fritangas, se pasó a una cantidad asombrosa de hospedajes y “comederos” con nombres en inglés malpronunciado y  a los que les agregaron el apodo de gourmet. Y las autoridades competentes (¿incompetentes?) expidieron las respectivas licencias, pero no supieron qué más hacer en esos momentos.

Es una realidad que el turismo en cualquier parte del mundo viene aparejado con la presencia de delincuentes y la práctica de la prostitución. Ya hasta paquetes de excursiones con prostitutas incluidas ofrecen algunas agencias de viajes en todo el país. Sin embargo, las autoridades locales al parecer no tuvieron en cuenta esos detallitos y el problema irrumpió como Pedro por su casa.

Por este mismo medio leí a comienzos de año una denuncia pública que daba cuenta de lo que estaba ocurriendo con algunas muchachas del pueblo y cierta clase de parapentistas. ¿La respuesta? Muchos likes, comentarios cargados de una obviedad extrema, pero nada más. Ni siquiera el “vamos a tomar cartas en el asunto” con que las autoridades suelen pronunciarse cuando no van a tomar cartas en el asunto. El problema sigue. Y por lo que yo vi y lo que mostraron los trágicos acontecimientos de los últimos días, las cosas empeoran.

De seguro que la muerte de una chica que fungía de acompañante de un parapentista saltó las alarmas y ameritó uno de los muy famosos, por lo inocuos, consejos de seguridad. De seguro que desde la alcaldía municipal, cuyo titular es el jefe de policía en el municipio, ya se tomaron las medidas necesarias para aplicar los correctivos y evitar que casos lamentables como ése vuelvan a ocurrir. Porque debemos suponer que ya se tenían los protocolos de previsión para contrarrestar el accionar delictivo que podría presentarse con la ola turística en nuestro municipio. Si no lo han hecho, es el momento oportuno para diseñarlos.

ANIBAL
MANUEL


No hay comentarios: