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12/20/2017

A VECES CONVIENE CACAREAR

Hacía meses que no sabía nada de Jorge Muñoz Rayo, a quien todos los amigos y algunos enemigos políticos conocen como "Pembe". Al preguntar por él, alguien me dijo que andaba, como siempre, desfaciendo agravios y enderezando entuertos; es decir, poniéndole el pecho a la brisa y toreando los avisperos que suelen alborotarse en mi pueblo por esta época pre-electoral. 

Tiempo atrás, en una de esas largas charlas de cafetería que se arman con los encuentros casuales, Jorge comentó que tenía en mente un proyecto político. De entrada dijo que había colaborado con Henry Arcila y que patatín y que patatán. Yo lo escuché sin convertirme en interlocutor. No quiero serlo cuando el tema se centra en aspectos partidistas que se reducen a un nombre y un directorio. Para decirlo en estilo cantinflesco: a mí la política me gusta pero sin política. Lo cierto es que lo escuché con atención y me fui haciendo una idea del proyecto que exponía con entusiasmo y del cual quedó de enviar a mi correo un prospecto. Me llegó en menos de lo que canta un gallo. Empezó bien, pensé. Al menos no se queda en la charla y las promesas de cafetería.

Ayer me contaron que Jorge Muñoz Rayo había realizado, el sábado o el domingo pasado, una actividad en el albergue "San Vicente de Paúl" de Roldanillo. Quise saber más. Una persona vinculada a esta entidad me comentó que cada año él organiza y patrocina un desayuno para los ancianos que están alojados allí, lo que complementa con música y algunas dinámicas. ¿Eso lo financia Henry Arcila?, pregunté. "¡Qué va! Eso sale del bolsillo de Pembe", fue lo que me contestaron. Pedí algunas fotografías de lo que habían hecho.



Uno pone un pedazo de concreto en cualquier parte y eso se ve por años y años. El trabajo social es invisible y no se traduce en votos. Por eso al politiquero le gusta más el cemento.

Luego de ver las imágenes reflexioné sobre el asunto: Si Jorge Muñoz Rayo tiene un proyecto político y lo está trabajando con miras a materializarlo, ¿Por qué no da a conocer esas actividades? Yo veo que personas con inocultables ambiciones políticas y de poder anuncian que van a hacer, anuncian que están haciendo, anuncian que ya hicieron, sin importar si lo que publicitan en exceso vale o no tanta vitrina (que la debe valer) o si sólo es una gestión para concretar esfuerzos colectivos que nadie se atrevía a liderar por falta de ideas para encontrar la olla de los recursos. Yo veo, incluso, que la administración municipal realiza obras o acciones que benefician a la comunidad y de inmediato aparecen otras personas compartiendo méritos, chupando rueda como esos ciclistas que al final ganan la etapa con el esfuerzo y el desempeño de los demás, al punto que uno se pregunta si es que en Roldanillo hay una comunidad con dirigentes muy fuertes para pedalear o sólo hay una administración con servidores que sólo hacen de gregarios.



Fue solo un día, pero es de imaginar que sacó a los viejos de una rutina que pesa más que los años. 

Lo cierto del caso es que se conoce la imagen de un "Pembe" polémico, contestatario, sin pelos en la lengua y con el valor civil que otros eluden, "poniéndole el pecho a la brisa", como lo describieron cuando pregunté por él después de muchos días de no verlo. Pero se desconoce -al menos yo no conocía- la del que hace cosas que pueden valer la pena, sin salir con megáfono en mano a cacarear y cacarear y cacarear para sólo mostrar un huevo que muchas veces sale huero.




Jorge Muñoz tuvo el apoyo de doña Nancy Sánchez, directora del albergue para el anciano "San Vicente de Paúl", de la señora Lorena Jiménez y de otras personas vinculadas a esa entidad.

Sin ninguna autoridad que me respalde, yo le sugeriría a Jorge Muñoz Rayo (sólo es una sugerencia) que entre en el juego del "Yo hago, yo divulgo", que no se quede callado. Si tiene un proyecto político, que lo muestre y diga a todos los roldanillenses qué es lo que se propone y qué está haciendo para lograrlo. ¿Cree que como concejal podría aportar mucho? Pues lance su candidatura al concejo y proponga una lista de candidatos. ¿Cree que si fuera alcalde de Roldanillo podría aportar mucho más? Pues lance sin timideces su candidatura a la alcaldía. Eso sí, hágalo sin los artilugios ni artimañas a que nos tienen acostumbrados muchos de los "honorables" políticos y politiqueros de este país. Y mire cómo se enfrenta a esa maquinaria movida cada tres años por el combustible de la corrupción electoral y que por décadas ha manejado, casi siempre sin la capacitación previa y en los últimos períodos con resultados desastrosos, los destinos de un municipio que merece algo mejor.






12/07/2017

TURISMO SIN CONTROL

Quisiera hablar siempre de cosas positivas, pero la realidad dice otra cosa. Hace días me senté en el parque de La Ermita y fui testigo de algo que en realidad me entristeció: tres jovencitas de no más de catorce años -lejos de llegar a la edad de ser manipuladas políticamente- y dos tipos de edad indefinible pero con aspecto de turistas mochileros, parecían estar charlando de manera despreocupada. De vez en cuando reían. Los observé por un momento y sin ningún interés y luego me entretuve con un folleto publicitario. Cuando dirigí de nuevo la mirada hacia el grupo, noté que estaban fumando y pensé que eso era censurable en muchachas de tan corta edad. Entonces dí una vuelta y pasé por su lado. Al mirar detenidamente, pude constatar que estaban fumando marihuana. Fue impactante para mí, padre de una niña de 10 años, pero  además fue  frustrante porque llamé al 112 y, para mi sorpresa, me contestaron de una estación de policía en Cali. Un viejo amigo, que al parecer no me reconoció, pasó y sin detenerse me dirigió este comentario: “Eso es lo que nos deja el parapentismo”. Creo que no, intenté contestarle, pero mejor lo dejé así. El microtráfico ha sido el pan nuestro (corrijo: de muchos) desde antes del parapentismo.


Es innegable que antes del Museo Rayo y de los campeonatos de aladeltismo y parapentismo, Roldanillo era apenas una aldea de bucólica imagen que no aparecía ni en los mapas. Cuando uno decía en Bogotá, por ejemplo, que vivía en Roldanillo o que procedía de esta población, la pregunta siempre era la misma: ¿Y eso dónde queda? No exagero. Y si estábamos en Cali, el comentario no dejaba de hacer referencia a la violencia que en los años 50 y 60 azotó (al igual que ahora) a todo el norte del Valle.

Pero a Roldanillo le ocurrió lo mismo que a un vecino mío que quedó cuadrapléjico después de un accidente y uno de sus parientes llegado del exterior, en un arrebato de extraña y retorcida solidaridad, le obsequió una bicicleta de no sé cuántos millones de pesos: No supo qué hacer con ella porque no podía manejarla. A nosotros también nos llegó el regalo de un flujo turístico que fue creciendo de manera desmesurada y las autoridades respectivas no supieron que hacer en esos momentos. No supieron manejarlo. Del hotel Valle, el restaurante de Horacio Salcedo y algunas fritangas, se pasó a una cantidad asombrosa de hospedajes y “comederos” con nombres en inglés malpronunciado y  a los que les agregaron el apodo de gourmet. Y las autoridades competentes (¿incompetentes?) expidieron las respectivas licencias, pero no supieron qué más hacer en esos momentos.

Es una realidad que el turismo en cualquier parte del mundo viene aparejado con la presencia de delincuentes y la práctica de la prostitución. Ya hasta paquetes de excursiones con prostitutas incluidas ofrecen algunas agencias de viajes en todo el país. Sin embargo, las autoridades locales al parecer no tuvieron en cuenta esos detallitos y el problema irrumpió como Pedro por su casa.

Por este mismo medio leí a comienzos de año una denuncia pública que daba cuenta de lo que estaba ocurriendo con algunas muchachas del pueblo y cierta clase de parapentistas. ¿La respuesta? Muchos likes, comentarios cargados de una obviedad extrema, pero nada más. Ni siquiera el “vamos a tomar cartas en el asunto” con que las autoridades suelen pronunciarse cuando no van a tomar cartas en el asunto. El problema sigue. Y por lo que yo vi y lo que mostraron los trágicos acontecimientos de los últimos días, las cosas empeoran.

De seguro que la muerte de una chica que fungía de acompañante de un parapentista saltó las alarmas y ameritó uno de los muy famosos, por lo inocuos, consejos de seguridad. De seguro que desde la alcaldía municipal, cuyo titular es el jefe de policía en el municipio, ya se tomaron las medidas necesarias para aplicar los correctivos y evitar que casos lamentables como ése vuelvan a ocurrir. Porque debemos suponer que ya se tenían los protocolos de previsión para contrarrestar el accionar delictivo que podría presentarse con la ola turística en nuestro municipio. Si no lo han hecho, es el momento oportuno para diseñarlos.

ANIBAL
MANUEL