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8/19/2017

¿Por quién tengo que votar?

A propósito del tema de la corrupción que quedó expuesta como una llaga en todos los estamentos del Estado y ante una sociedad a la que ya nada le asombra, me dio por conocer un poco más al respecto. Mi interés quedó centrado a las razones de por qué para el común de las personas es tan complicado entender eso del poder público, sobre todo esa parte que dice que es público pero parece ser privilegio exclusivo de unos pocos. O por qué si soy secretario de un juzgado no trabajo con el gobierno aunque mi nombramiento dependió de alguien que ha estado en el gobierno.  Creo que el error de no tenerse claridad de por qué las tres ramas del poder público son totalmente independientes se debe a la gente malintencionada (seguramente comunistas o socialistas desadaptados) que dicen que el ejecutivo mangonea al legislativo, el legislativo le da pedal al ejecutivo y el judicial le agacha la cabeza a ambos. Por eso me di a la tarea de investigar exhaustivamente -que es como se investiga en Colombia- y luego de consultar muchos textos y tratados, realizar más de 1.749 entrevistas y malinterpretar las más acertadas teorías, logré comprenderlo.

La cosa es así: El Estado Colombiano se sostiene en tres pilares que son las tres ramas del poder público: la rama Ejecutiva (gobierna al país), la rama legislativa (hace las leyes) y la rama Jurisdiccional (administra justicia). Todos son políticos. En el caso de los cargos por elección popular, usted vota por los políticos que aspiran llegar al Senado para llenarse los bolsillos de plata. Desde luego que ellos no se lo dicen de esa manera. Por época de campaña electoral, ellos lo que manifiestan en sus discursos es que les brota por los poros un patriotismo desbordante y la vocación de servicio a la comunidad y por eso ponen su nombre a la consideración de su partido, de su directorio, de su cacique político y del pueblo. El pueblo en último lugar, porque quien los elige primero es el cacique, éste le dice al directorio cuál es el candidato que recibió su bendición. Los del  directorio aceptan la designación (ni más faltaba que fueran a contradecir al patroncito) y les dicen a sus asociados por quién es que van votar, aunque el elector está tan adiestrado que él mismo lleva la traílla y pregunta ¿Por quién tengo que votar?. El partido político no importa, porque lo que está de moda hoy es pertenecer a los rojos y al día siguiente a los azules y después a los amarillos o a los morados, que por eso no le van a decir que usted es un “voltearepas”, como ocurría en los tiempos en que la gente sí sufría de vergüenza y prefería irse del pueblo.

Congreso de la República
Bueno, usted ya votó por los que van al Senado que es la misma rama Legislativa y que, como su nombre lo indica, es la que legisla o hace las leyes. Sus miembros se hacen llamar honorables, pero eso en la actualidad está en veremos porque honorabilidad es lo que les está faltando a casi todos. Ellos se reparten muchas cosas, menos lo que es mejor para sus electores. Por ejemplo: reparten puestos burocráticos cuya importancia va en proporción al número de votos que les hayan recogido. Un ministerio vale X votos, un instituto descentralizado vale Y votos, una secretaría de despacho vale Z votos. Y no crea que esas plazas burocráticas son de la autonomía del Presidente, del Gobernador o del Alcalde, para sólo mencionar las tres cabezas visibles de la rama Ejecutiva. No, señor. Ésas corresponden al poder de los políticos, que está por encima del poder público. Se empieza a enredar la cosa, ¿no? Pues bien, para que entienda mejor: La rama Legislativa y la rama Ejecutiva son instituciones independientes y, por lo tanto, diferentes. Pero a la hora del té son la misma cosa, pues no es raro que un político que ha estado en la rama legislativa se fatigue de tanto servir al pueblo y vayan a trabajar hasta el agotamiento con el gobierno. O viceversa. ¿No han visto que ahora que entramos a la moda de la corrupción, tanto de un lado como del otro ellos son investigados por minucias como prestarse,sin carácter devolutivo, varios miles de millones de pesos o recibir unos cuantos fajos de dólares que desinteresadamente les ofrece alguna empresa? Ah, pero usted votó por ellos.Y como perro fiel seguirá votando por ellos.
Gobierno Nacional
En cambio en la rama jurisdiccional o judicial ocurre lo mismo. Esta institución sí que es independiente, Pues ellos se nombran a sí mismos. Cooptación, le llaman a esa justa práctica. Nadie los elige por voto. Sí, como lo está oyendo. Lo que pasa es que hay una cosa que se llama Consejo Superior de la Judicatura, que es como la puerta abierta de par en par por donde entran y salen los diligentes políticos. ¿La van cogiendo? Entonces deja de ser de la Judicatura para convertirse en de la Adjudicatura, pues los políticos que tienen sus fichas allí señalan a quiénes se les debe adjudicar las vacantes de los magistrados de las Cortes (nosotros tan democráticos y todavía hablando de cortes). Los magistrados de Corte Suprema de Justicia hacen uso de su sabiduría y nombran dedocráticamente a jueces de tribunales y de distrito. Los jueces de tribunales y distrito medio nombran a sus empleados… y así se va alargando la cadena. Pero ni crea que esos nombramientos son autónomos. Dependen de un protocolo único: Usted lagartea, el político recomienda, el magistrado nombra y usted se posesiona previo el compromiso de aportar mensualmente el 10% de su sueldo. Igual en las otras ramas. Recuerde que la justicia está en mano de los políticos, aunque muchos en Colombia piensan que sería mejor al contrario:  que los políticos estuvieran en mano de la justicia.
Corte Suprena de Justicia
De modo que no venga con cuentos chuecos. Usted, su vecino, el mío, todo el mundo sabe que las leyes las hacen esos por los que venimos votando desde hace años para que ocupen sus codiciadas curules en el Congreso. Todo el mundo sabe que las leyes las aplican los que les deben favores a los que están en el Congreso. Todo el mundo sabe que esas leyes se las pasan por la faja muchos de los que están en la rama Ejecutiva, en la legislativa y en la Jurisdiccional. Y que a la hora de crear leyes implacables y jueces implacables que las apliquen, Usted y Juan Pueblo serán los únicos que carguen con todo su peso.

Un político de izquierda, de esos que tiraron piedra y una que otra bomba molotov, que fue guerrillero y congresista y alcalde y ahora quiere ser presidente de la República, lo resume mejor:


¿Y quien juzga al Presidente de la República? Ahí si hay una confusión.

Entonces, siga votando. Siga votando y siga feliz porque el candidato le dio la mano, cargó a su hijito, abrazó a su mujer y le dijo: "Te voy a tener en cuenta". Reciba los regalitos electorales y no digan nada. No hable de corrupción y cómase callado la cajita de lechona, masticándola hasta que le programen las próximas elecciones.









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