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10/27/2016

El camino hacia el VOTO en BLANCO

La objetividad es algo que deberían seguir los que todavía están aferrados a su fanatismo y siguen ciegamente a un supuesto líder político, llámese el Mesías de El Ubérrimo o El Profeta de la Paz o El Revolucionario del Pueblo. Es que ninguno de ellos tiene la verdad; al contrario, son el paradigma del engaño, de la mentira repetida, de la deslealtad al pueblo. Por años han construido un andamiaje de farsas que se sustentan y se mantienen gracias a la ingenuidad y la credulidad de la gente.
Ninguno tiene la verdad.  Todos tienen la mentira.
Desde las clases de historia recibidas en la escuela nos enseñaron que uno no sigue personas sino ideologías, pues las personas son accidentes pasajeros en tanto que las ideologías son nociones que nacen para permanecer en el tiempo. Los llamados apóstoles no siguieron a Jesús porque se hubiera autoproclamado el hijo de Dios; siguieron una idea que les prometía el reino de los cielos. La gloria eterna. La gente de ruana y alpargatas no iba detrás de Jorge Eliécer Gaitán porque fuera el posible salvador de Colombia; seguían la promesa de un país socialmente igualitario, con mejores oportunidades, con verdadera justicia social. 

¿Cuál es la ideología de Álvaro Uribe? ¿Cuál es la de Juan Manuel Santos? ¿Cuál la de Timoleón Jiménez? Creo que el ideario de los tres tiene más cosas en común que diferencias para mostrar. Los tres sólo persiguen un objetivo: El poder para su propio beneficio y el sus allegados más próximos. Sin embargo, enarbolan banderas de diferentes colores y hablan con un lenguaje que cautiva y aliena desde el populismo caricaturesco, desde un falso pragmatismo, desde una revolución que no promete nada. Ellos simplemente dicen cómo van a ejercer ese poder y cómo nos van a gobernar, mientras el pueblo calla y olvida que tiene el derecho de exigir cómo quiere ser gobernado. Los tres van con sus flautas entonando la melodía más efectiva para cautivar a ese pueblo que los sigue como ratas hacia el desfiladero.

Por eso me causa risa -aunque en el fondo en ello no hay nada de chistoso- ver a mi vecino tratando de encontrar en mí la señal que le indique que políticamente tengo algo en común con él. O ver al amigo de la infancia increpándome mientras me mira con ojos desorbitados porque expresé un concepto crítico que tocó a su profeta. O a mi pariente cercano que ahora es lejano porque ya no podemos charlar sobre temas diferentes a los de la política. La estupidez nos invadió como un virus.
Yo te matoneo,  tú me matones. . . 

Y es que Colombia no le interesa a los colombianos,  salvo a aquellas poderosas familias que consideran este país como la gran finca que se debe explotar en su particular beneficio. Al colombiano de la base, los que estamos segregados por una odiosa estratificación social, no nos interesa lo que ocurra o deje de ocurrir en el entorno nacional porque nuestra única y preocupación es subir de nivel en esa escala social. Somos arrivistas hasta la médula. Y en ese rol de neo-arrivistas nos damos el lujo de ser excluyentes: no le estrecho la mano a Uribe porque...  No le estrecho la mano a Santos porque...  Ni siquiera saludaría a Timoshenko porque...  

Personalmente no le estrecharía la mano ni saludaría a ninguno de los tres porque... 

Seguramente en muchas ocasiones hemos dicho: el pueblo agarrado de las mechas y ellos allá en el club abrazados y celebrando con una copa en la mano. Pero a renglón seguido preguntamos: ¿Y por quién vas a votar? Resulta que somos incoherentes y masoquistas como los que más, pues nos quejamos todo el tiempo,  pero en las épocas electorales nos olvidamos de nuestras dolencias. Anestesia política dizque le llaman a eso. 

Doy la última puntada trancribiendo estas palabras de Fernando Vallejo, que fueron pronunciadas con ocasión de las pasadas elecciones presidenciales pero que guardan total vigencia : 


"Copartidarios: somos los únicos limpios aquí. Somos el Partido Colombiano del Voto en Blanco, el Pe Ce Ve Be. Somos tan decentes que ni registro tenemos ni candidatos.El domingo 25 de de este mes, día de la ira nacional, ¡voto en blanco! Sólo hay una oportunidad para nosotros: la de la primera vuelta, que tenemos que ganar con más del 50 por ciento de los votos válidos para anular estas elecciones e inhabilitar a estos asquerosos. Para nosotros no habrá segunda vuelta porque esta Constitución puta de políticos para políticos que convocó Gaviria no nos respeta. ¡Qué importa! En la primera vuelta, con nuestros votos en blanco, que en ésta sí son válidos, les vamos a dar su gran lección".


"Toman esa cosa que llaman el tarjetón y que es ni más ni menos que el sagrado voto; lo marcan con una X donde dice “Voto en blanco”; lo meten en la ranura o hueco (que en última instancia es el acto esencial del hombre pues sin él no estaríamos aquí), y listo, deber cumplido. ¿Y el lunes 26, cuando amanezca Colombia radiante, toda pintada de blanco, qué? ¿El vacío de poder? ¡Cuál vacío de poder! Vacía la vida mía".

10/23/2016

¿Adiós a los parapentes?


Me gusta el espectáculo de los parapentes. Y como lo prometí, muy a las 8:00 a.m. estuve en la casa de la cultura. Desde la madrugada y durante los 50 kilómetros de viaje, una lluvia pertinaz se dejó caer. Parecía que nunca pararía.  En la puerta de entrada vi a Jorge Ariel Hurtado, uno de los animadores de la marcha. Algo me dijo en relación con la teoría de la lluvia como factor de disculpa para que la gente no respondiera a la invitación. Yo me incliné mas a la realidad y le contesté que la gente prefería participar desde las redes sociales porque eso no le exigía esfuerzo alguno y por eso sólo yo estaba ahí, aunque había viajado desde Tuluá. Luego me encontré con Carlos Guzmán y con Álvaro David López. Diálogos similares.

Varios aspectos se deben entrar a considerar en relación con lo que ocurre en Roldanillo, especialmente con los problemas que tienen directa incidencia en la comunidad. Lo del parque, por ejemplo, sigue ahí después de pasar 10 meses desde que el señor Jaime Ríos anunciara que las gracias de su antecesor las solucionaría en 45 días. Las calles siguen igual o peor. Nadie sabe si el plan de acción que lo respaldaba en su camino a la alcaldía se ha cumplido en el 21% del tiempo que lleva administrando el municipio. Ahora se presenta el tema de la instalación de unas torres eléctricas que acabaría con las prácticas del parapentismo en este municipio y de manera consecuente con las actividades comerciales y turísticas que ese deporte extremo ha generado.

Sobre este tema hay mucha tela para cortar.

Desde hace 34 años, cuando llegaron los primeros “cometistas” a nuestro pueblo, se vio la necesidad de incrementar el servicio hotelero (que para la época sólo contaba con dos o tres hospedajes) y hubo necesidad de acudir a las familias que contaran con uno o dos cuartos extras para alojar a los que venían de diferentes países. Los años pasaron y se crearon campeonatos nacionales e internacionales de ala delta y la afluencia de turistas se hizo mayor. Nacía en Roldanillo una industria muy poderosa: el turismo. Sin embargo, las autoridades administrativas del municipio no tuvieron la visión amplia que se necesitaba para organizar las cosas de tal manera que no crecieran a la buena de Dios. Sólo los pequeños comerciantes, los vendedores de fritanga, los cacharreros, los que inicialmente prestaron sus cuartos para hospedar extranjeros, sólo ellos vieron crecer el fenómeno y la oportunidad de incrementar sus ingresos.

No se conoce pronunciamiento alguno que aluda a las políticas oficiales trazadas para estructurar la actividad turística que genera el parapentismo en Roldanillo (porque la actividad turística que genera el Museo Rayo es otra historia). No hay un estatuto turístico para Roldanillo. No hay capacitación para la formación de guías turísticos. No hay un plan alternativo para ofrecerle a los visitantes. No hay capacitación a taxistas y otras personas prestadoras de servicios dirigidos exclusivamente al que visita al pueblo. Pero lo que es peor: no existen políticas de prevención para contrarrestar la problemática que viene implícita con el turismo. No podemos pasar por alto que detrás del fenómeno turístico llega el fenómeno delictivo. La comisión de delitos como el hurto y el narcotráfico minoritario, para sólo mencionar dos de los que no se veían hace pocos años y que han crecido en las estadísticas. Todo esto sin tocar otros aspectos que aluden, por ejemplo, al creciente y lucrativo mercado sexual que envolvió en sus tentáculos incluso a menores de edad. ¿Será que poso de moralista y exagerado? ¿O Será que en esa materia las autoridades administrativas se han dormido en los laureles?

Entonces, el problema de fondo no son unas torres de energía ni la pérdida del privilegio de ver el vuelo de unos soñadores.

Alguien que me está leyendo en estos momentos y a quien reitero mi agradecimiento por ilustrarme con su experiencia en este tema, me hizo notar que algunos comerciantes y emprendedores (Creo que antes les decíamos negociantes) creyeron que el turismo en Roldanillo les daría una buena oportunidad de crecer económicamente y construyeron algunos hoteles. Pero olvidaron algo muy importante: el extranjero cuando viene a nuestro país prefiere el ambiente campestre. Los hoteles construidos sobreviven en la subutilización. A duras penas.

En cuanto a las torres que una empresa (al parecer extranjera) ya empezó a instalar y que coronarán la cordillera occidental, es necesario entrar a analizar cuál es el beneficio real que trae, no solamente para Roldanillo sino para la región. Al menos hay que sopesar los intereses de la comunidad, que a la hora del té poco importa a los pulpos económicos del país y a las multinacionales. Hablando con mi amigo Julián Aguilar yo le decía que esas torres son el soporte de una red de cables que conducirá mucha energía, pero también mucho billete. Si el billete va para las manos de los dueños de predios afectados con la instalación de esas torres, vaya y venga. Pero si va a parar a… Bueno, no especulemos.

En todo caso participé en la marcha pro parapentismo porque Jorge Ariel, Carlos y Álvaro David son mis amigos y con ellos tengo algo en común: el quijotismo. Pero la verdad es que me guardo algunas dudas con las marchas de protesta. No llegan a quien debe llegar. Y la de hoy sí que menos llegará a quienes ya iniciaron su proyecto y lo terminarán por encima de cualquier cosa. El señor alcalde posiblemente sepa que eso es así. Los ciudadanos del común sabemos que eso es así. Además, la marcha de protesta que se realizó hoy se desvirtuó y casi me hizo olvidar que los protagonistas eran los parapentistas y no el señor alcalde. Las dudas que tenía sobre la participación oficial en esta marcha quedaron despejadas. Y más cuando algunas personas con ambiguos intereses en la Alcaldía ni se pronunciaron ni participaron. 

POSDATA: Después de ver que los que se benefician de la actividad del parapentismo no mostraron la cara, me pregunté: ¿Moriré sin ver al pueblo de Roldanillo dejándose meter los dedos a la boca sin ejercer el derecho a pegar un buen mordisco? No me hago ilusiones.



10/07/2016

Que no nos mate la amnesia.



Cuando veo a algunos jóvenes de mi pueblo y de toda Colombia defendiendo a capa y espada a sujetos como Santos, y Uribe, otorgándoles el título de grandes patriotas y mostrándose como ciegos seguidores de uno y de otro, no puedo menos que afirmar que la educación en nuestro país ha cumplido cabalmente con el propósito de la casta dominante: mantener en la ignorancia al pueblo-pueblo y crear bandos enfrentados por el fanatismo, la intolerancia, el odio y todos esos factores que desde hace más de 200 años han sido la causa de un fratricidio sin fin. 

¿Qué representaron los personajes de la fotografía?

Laureano Gómez, el anciano del lado izquierdo, era uno de los líderes del partido conservador desde 1920. Es decir, fue uno de los ideólogos de la extrema derecha que con su elocuencia incendiaria fomentó y fortaleció el odio a los liberales. Alberto Lleras Camargo, el otro de la fotografía, fue también un dirigente de la derecha moderada, que por esa sola e insignificante diferencia se hacía llamar partido liberal.

 Para que me entiendan mejor, conservadores y liberales eran como hoy en día los integrantes de las barras bravas del Cali y del América, que son seguidores de dos equipos practicantes del mismo juego pero que se odian a muerte por la diferencia de color de la camiseta. En este caso, conservadores y los liberales se odiaban y se mataban por el color de un trapo amarrado a un palo de escoba, pues la verdad es que de ideología... nada de nada. Y lo mismo que hacen Mario Alberto Yepes y Hernán Torres cuando se sientan a tomar un refresco en los camerinos, Laureano Gómez y Lleras Camargo charlaban animadamente, pero en el Country Club, mientras en la zona rural de Colombia las barras bravas de sus partidos se mataban.

Estos dos ilustres patriotas se cansaron de llevar la cuenta de los muertos que aportaban uno y otro bando y un día cualquiera, animados por el espíritu del más fino whisky, decidieron que lo mejor era declarar un empate, pues los conservadores no pudieron exterminar a los liberales ni éstos podieron exterminar a los conservadores. Entonces Gómez y Lleras decidieron irse a Benidorm, un pueblo que no está en Cuba sino en la provincia de Alicante, en España, y allí se sentaron a negociar. Después de algunos días de blablablá, reconfortantes tragos de whisky y seguramente uno que otro chiste, acordaron cosas que aún los colombianos desconocen porque todo se hizo sin consultar al pueblo. Es más: las tajadas del pastel que se repartieron en Benidorm terminaron de comérselas en Sitges, otro pueblo pero en la provincia de Barcelona, donde refrendaron lo pactado. Entonces se inventaron una genialidad: El frente Nacional.

El frente Nacional, para que los jóvenes me entiendan, fue algo parecido a lo que en la actualidad hacen los asaltantes de tiendas y mercados en las grandes ciudades: Una banda asalta la tienda de don Bonifacio esta semana y en la próxima la asalta la otra banda. Es decir: a partir de 1958 este país (que en realidad es una finca que se llama Colombia) fue asalt... administrado por el partido liberal desde 1958 hasta 1962, luego otros cuatro años por el partido conservador, después otros cuatro años por el partido liberal y finalmente cuatro años más por el partido conservador. O sea que este par de genios pusieron a los conservadores a votar por un liberal y a los liberales a votar por un conservador. Para seguir el ejemplo deportivo: era como si los de las barras bravas del Cali fueran un domingo al estadio a animar al Deportivo Cali y ocho días después las barras bravas del Cali fueran al mismo estadio a hacerle fuerza al América. 

 Ese sistema tenía una gran ventaja: con cuatro años de anticipación ya se sabía quién iba a ser el presidente, sin necesidad de esperar que la Registraduría emitiera el último boletín a las ocho de la noche del domingo de elecciones. Pero también tuvo sus desventajas, una de ellas fue dejar al ignorante pueblo (perdonen la redundancia) en un limbo político de tal magnitud que la gente entraba al directorio liberal por una puerta y al salir sentían como si marcharan del directorio conservador. 

Como todo el mundo se quedó sin saber qué hacer, porque sus jefes políticos dieron la orden que no más cortes de franela ni masacres, los integrantes de las barras bravas del conservatismo y del liberalismo se fueron a trabajar a las fincas que los descuidados campesinos habían dejado abandonadas cuando fueron sacados a plomo. Y ahí estuvieron
los hinchas de uno y otro partido trabajando en una tierras que solamente fueron acrecentadas con sudor y lágrimas ajenas, hasta que la gente se olvido de su glorioso pero oscuro pasado y dejaron de llamarlos "alias Pájaro" o "alias Chusmero" porque con el tiempo se convirtieron en respetables hacendados. Allí levantaron a sus hijos y los educaron bajo el noble lema de "si quieres ser alguien en la vida, pasa por encima de la vida de los demás". Hasta que apareció un tal Pedro Antonio Marín Vélez y creó una empresa con intenciones altruistas pero que en menos de lo que canta un gallo se convirtió en la industria sin chimeneas más lucrativa: las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia S.A. más conocida con las siglas comerciales de FARC-SA.

El resto si lo conocen ustedes.Y si aún no lo conocen, consúltenlo en Google, nunca en RCN o Caracol. Por eso saltémonos esos detalles históricos y resaltemos algunas coincidencias con lo actual: Los del SI y los del NO se odiaron casi a muerte, se fueron a una batalla plebiscitaria, Ganó el NO pero no tanto, porque los del SI se declararon sub-campeones. Como no se podían ir a tiempo extra ni podían definir por tiro de fusil a los doce pasos, el DT de las barras bravas del NO se sentó con el DT de las barras bravas del SI, se tomaron un espirituoso vaso de whisky y acordaron un empate técnico y decidieron que ambos equipos se llevarían los tres puntos. Sonrieron, estrecharon sus sucias manos y dejaron a los del pueblo con el balón desinflado y más divididos que ponqué de primera comunión. ¿Y Timochenko? ´Muy bien, gracias. ¿Y usted?

ANIBAL MANUEL