Páginas

1/15/2024

Verdades a medias = Mentiras a medias

Desde tiempos inmemorables, la desinformación ha sido el arma predilecta de quienes buscan disminuir el potencial de su adversario. El rumor malintencionado, el “me contaron” en versión corregida y aumentada a conveniencia, el bochinche que destruye reputación y honra… todo instrumento de manipulación de la realidad se ha considerado válido en los aspectos de la vida pública, especialmente la política.

Recorrer las redes sociales significa hacer un viaje laberíntico, tomando el riesgo de quedar atrapado en las redes de la mentira. Ya no se estila leer entre líneas. Ahora todos estamos obligados a leer con lupa de gran potencia y un ojo entrecerrado, pues nada es reprochable en el propósito de exterminar la izquierda o la derecha. Unos y otros esgrimen argumentos que no lo son. Unos y otros echan mano de la afirmación engañosa y, de paso, le brindan aplauso cerrado a los que la difunden. Unos y otros consideran que esos principios retorcidos que practican —y que orgullosamente inculcan a sus hijos— son los correctos.

Lo anterior viene a referencia porque, buscando en Facebook una frase que me gustó y que luego perdí, encontré tres publicaciones de personas que exponían, de manera coincidente, sus puntos de vista respecto al incremento del salario mínimo. “¿Cómo la ven? Subieron el 12,07% al salario mínimo, pero aumentaron el 18.4% al Soat”, es la frase que resume esos puntos de vista. A los indignados personajes se les olvidó aclara que el SOAT incrementó el 10.97% para motos de bajo cilindraje y taxis. Se les olvidó mencionar que los que ganan el salario mínimo (o menos) no tienen moto. Y si la tienen, es una chatarrita sin SOAT ni certificado de revisión tecno-mecánica y, para rebosar el balde, conducida sin “pase”. Se les olvidó mencionar que los que están obligados a pagar el 18,4% son los que ganan con qué comprar una moto de alto cilindraje o un vehículo de media o alta gama, pues los que ganan el mínimo milagrosamente logran sobrevivir. Se les olvidó aclarar que en sus publicaciones dijeron una verdad a medias, es decir: una mentira a medias que, en últimas, es una total mentira. Se les olvidó reconocer que con sus publicaciones están enseñando a sus hijos a ser unos vulgares tramposos para ocultar la verdad y engañar a los demás, a ser unos distinguidos deshonestos, en pocas palabras: a ser dignos de sus padres.

10/26/2023

CUENTO DE NUNCA ACABAR

 En este cañaduzal administrado por Clara Luz Roldàn suelen ocurrir cosas que ya no causan extrañeza. Y si hablamos de la administraciòn pùblica, ahì si que se presentan situaciones que antes causaban indignaciòn y rabia, pero que ahora solo producen indiferencia. Ustedes ya intuyen de què estamos hablando: sì, de la corrupciòn, de la indiferencia con que gobiernan los alcaldes, lo que les lleva a actuar con esa displicencia arrogante tan característica en ellos, pero tan nociva para el progreso de sus municipios. Nos estamos refiriendo, claro està, al informe presentado por Tania Guzmàn de la Sub-direcciòn del Sistema General de Regalìas, entidad encargada de distribuir los recursos del Estado de acuerdo con los proyectos que cada año presenten los alcaldes municipales. 

Sucede que, segùn el antes mencionado informe, 211 municipios de Colombia no recibiràn ni un peso de las regalìas, pues a sus sacrificados alcaldes se les olvidò presentar los proyectos que podrìan complementar las obras prometidas en sus fabularios de campaña, pues tales regalìas son de libre destinaciòn y, lo que es màs fantàstico, tienen poca vigilancia. O tal vez no se les olvidò sino que, como mentirosos compulsivos que son, terminaron creyèndose sus mentiras. Entre esos 211 alcaldes hay 6 que administran parcelas de este cañaduzal: El Cerrito, Florida, Ginebra, Jamundí, Tuluá y Roldanillo. Sì, señores... ¡ROLDANILLO! La tierra sin alma, el meridiano de la incultura, el pueblo de los mágicos...


 Lo cierto es que esa platica no llegarà a Roldanillo gracias a la gestiòn de un alcalde que de eso no supo. Y digo gracias porque los recursos que nos correspondìan regresaràn al Sistema General de Regalìas y no a los bolsillos de los caciques politiqueros, àvidos de enriquecimiento fàcil del que se sienten orgullosos. Lo cierto es que ese gran desacierto -como muchos otros- no quedò consignado en una cartilla titulada Informe de Gestiòn, que màs parece una colecciòn de chistes flojos. Es que no puede uno concebir que a estas alturas se siga creyendo que el progreso de Roldanillo es el pavimento de unas cuantas cuadras y que la entrega de una casa a una familia es algo que no podrà ser superado por mandatario alguno, y que pavimentar un rìo es tremenda hazaña que no se le habìa ocurrido ni a "Yiyo", y que apoyar la educaciòn y el deporte no es una obligaciòn sino un gesto magnànimo, y que, en sìntesis, cumplir con algunas cosas prometidas hace tres años no era una obligaciòn con esta aldea y sus pobladores sino un favor por el que deba ser aplaudido. 

A propòsito: ¿Cuànto nos costo la cartillita? El tiraje debiò ser de muchos ejemplares porque por debajo de la puerta me dejaron tres. ¿Tal vez para que yo no joda?




7/20/2023

LA VENTAJA DE ANDAR EN LAS NUBES

 Que algún extraño entre a mi casa (que no es mía) sin ser invitado, no solo es un acto de irrespeto a la privacidad, sino una abierta violación de mis derechos. Es que quiero contarles que una cuenta en FB, diferente a esta, fue invadida hace casi un año por los detestables hackers. Y aunque tuvieron la amabilidad de dejarla abierta, resulta que desde entonces no puedo entrar a ella y menos aún publicar o hacer comentarios. Creí que había sido una decisión de los quisquillosos administradores de este sitio, pero luego llegó a mi correo un aviso en el que se me dejaba en claro que podría recuperarla si pagaba una cantidad en dólares, algo así como US600.oo. Desde luego que no accedí a esa petición porque no negocio con criminales. 

Ahora resulta que al descargar un programa de código abierto, me dieron de ñapa una aplicación virulenta con la que encriptaron todos los archivos personales que guardo en mi portátil. Para ello utilizaron un programa que hace imposible abrirlos, así acuda por ayuda a la CIA. Y, claro: los hackers me envían una nota en la que me sugieren que pague US 980 para recuperar mis archivos, aunque, en un acto de normal comercio moderno, me hacen un descuento del 50%. ¡Vaya! ¡Qué generosos!



Dicen que perro viejo ladra echado y previendo esta situación hace tiempo adquirí un espacio en la nube con capacidad de una tera (1000 gigas). Allí almaceno todo. Absolutamente todo. Como si fuera poco, guardo una copia de seguridad en un disco externo, también de una tera. Así que simplemente procedí a resetear el portátil, eliminando todos mis archivos para luego bajarlos de la nube y seguir trabajando en ellos como si nada. ¿Y los hackers? Ellos también seguirán "trabajando" en su actividad delincuencial: cazando incautos, como tantos que pagan el "rescate" y nunca les devuelven la posibilidad de acceder a sus propios documentos.


El texto completo de la nota extorsiva que recibí es el siguiente: 


¡ATENCIÓN! 

¡No se preocupe, puedo devolver todos sus archivos! 

Todos sus archivos, como imágenes, bases de datos, documentos y otros importantes, están encriptados con el cifrado más fuerte y la clave única. El único método de recuperación de archivos es comprar la herramienta Decrypt y una clave única para usted. 

Este software descifrará todos sus archivos cifrados. 

¿Qué garantías tienes? 

Puede enviar uno de sus archivos cifrados desde su PC y lo descifro de forma gratuita. 

Pero solo podemos descifrar un archivo gratis. El archivo no debe contener información valiosa. 

Puede obtener y buscar la descripción general de la descripción de video: 

El precio del software de clave privada y descifrada es de US 980. Descuento 50% disponible si nos contacta en las siguientes 72 horas, ese precio para usted es de US 490. 

Tenga en cuenta que nunca restaurará sus datos sin pago. 

Consulte su carpeta de "spam" o "basura" de correo electrónico si no recibe respuesta después de 6 horas. 

Para obtener este software, necesita escribir a nuestro correo electrónico.


  

7/03/2022

Inaugurando la tapada de una gotera

(♦) Plantilla entrada Blogger (♦)

Desde hace varios días -meses, tal vez- Josías Parra hizo periódicas denuncias en Facebook sobre el abandono a que estaban sometiendo la capilla de Nuestra Señora de Chiquinquirá. Hasta ahí muy bien. Pero ocurrió que su voz alertando sobre el deterioro del techo, que dejaba filtrar goteras en los días de lluvia no solo fue desatendida en su momento, sino que empezó a recibir críticas de quienes no ven más allá de un palmo de narices. “Usted no hace sino criticar y no ve las cosas positivas” le dijo una señora discípula de Walter Rizo. El político Henry Arcila, a quien Roldanillo le debe muchísimo más de lo que ha hecho, le escribió en la publicación: “Josías, aprenda a vivir en sociedad”, en vez de decir, con el clásico tono de los que han vivido de la ubre pública: “Vamos a gestionar y buscar los recursos para solucionar ese grave problema". Desde luego que las manifestaciones de apoyo tampoco se hicieron esperar y, para tranquilidad del denunciante, sobrepasaron en número a los alaridos de recriminación.

Lo grave de todo es que la administradora de ese patrimonio histórico, la hermana Aura María, fue y regresó y volvió de nuevo a la sede de la alcaldía municipal de tratando de ser oída. Primero exigió, luego sólo pidió y finalmente rogó -como si rogara a su Dios- que mandaran unos obreros para que taparan las goteras y así evitar que el cielorraso se desfondara. Oídos sordos. Como para quitarse la molestia de encima, el alcalde hizo lo que todo alcalde que se precie de ser más polítiquero que alcalde: le dijo a la hermana Aura María que fuera a la Secretaría de Cultura y Turismo, que allá era donde ponían las garzas. Como cosa extraña en este país, de allá la regresaron a la alcaldía y de la alcaldía al Ministerio de Cultura. Mejor dicho: No le solucionaron lo de la cultura, pero sí la mandaron de turismo, sin gastos pagos, por las dependencias que no alcanzó a conocer Kafka, pero que ella recorrió en el transcurso de más de un año. Ahí fue donde intervino Josías, tan abogado del diablo como este servidor. Y ahí fue cuando mi amigo le sugirió al señor Henry Arcila que moviera sus influencias y realizara alguna gestión ante el Ministerio de Cultura, y el político -fiel al tratamiento que se le debe dar al simple parroquiano- lo mandó a que aprendiera a vivir en sociedad. Casi que lo manda a comer mierda. Casi.

Al final de cuentas, pese a que el alcalde y el secretario de Cultura y Turismo aseguraran que el asunto no era de su competencia aldeana sino del gobierno central, enviaron a unos trapecistas (¿Cómo llamarle a unos hombres trepados en andamios, a gran altura y sin arneses de seguridad?) que en menos de lo que canta un gallo taparon los huecos y, de paso, le taparon la boca a la hermana Aura María y a Josías. Sin embargo, me queda una duda: Si ese asunto no era de la incumbencia municipal ¿De dónde salió el dinero para tapar los huecos de propiedad del gobierno nacional? Bueno, no importa… ellos saben cómo hacen las cosas.

Ahora veo uno de esos comunicados que la alcaldía expide para deleite de los amantes de la buena redacción y ortografía. Anúncian que… Mejor véanlo ustedes Lo más notorio es la desfachatez con que posa la oficialidad. Hay servidores públicos que inauguran hasta la tapada de una gotera, cuando solo era taparla y ya. Ya saben por qué este es pueblo de mágicos

¿Y Josías? Ah, a él es a quien le debemos dar las gracias por dedicarse a empujar paquidermos.


Roldanillo, 3 de julio de 2022

5/28/2022

Dizque salvando la democracia

 Si usted fue de los que repitió y repitió que su voto sería para salvar la democracia, permítame hacerle notar que lo que hizo fue, simplemente, ejercer el derecho a elegir y ser elegido; es decir: solo estaba participando en un acto ciudadano, de la misma manera que su contrario político, ése que también votó con el mismo argumento: Salvar la democracia. 


Tal vez el agite vivido a lo largo de esta campaña electoral no le permitió discernir que lo que realmente usted estaba defendiendo no era otra cosa que los intereses de su candidato y, de pronto, algunos intereses suyos. Sobre eso no hay que profundizar mucho porque su inteligencia ya había despejado cualquier duda al respecto. ¿Tal vez consideró que, de toda forma, ese era un magnífico argumento para arrear hacia las urnas a aquellos que no se paran a analizar sus actos políticos y caminan a tientas a pesar de gozar de una visión perfecta? Si fue así, permítame también decirle que lo que usted hizo no fue más que caer en los vicios ancestrales de los políticos que usted ha seguido. Porque aquí no seguimos ideas o propuestas -menos aún perspectivas ideológicas- sino a personas que saben como arrastrar tras de sí a una muchedumbre sin tener que hacer sonar la flauta. Aquí ni siquiera seguimos plataformas políticas sino a personas cuyo mérito es tener más astucia que inteligencia y más prontuario criminal que hoja de vida y demostrada honestidad. 


Todos sabemos que desde los tiempos de Bolívar y Santander la política en Colombia se viene nutriendo de falacias, trampas, engaños. Nuestra forma de hacer política se ha basado en la táctica del desprestigio al contrario. Después de la llamada Guerra de los Mil Días, la palabra mágica para deslegitimar fue COMUNISMO. El concepto maniqueísta del término comunista sigue vigente, solo que en la actualidad le hemos agregado dos elementos de efectos harto nocivos: el insulto que se escuda en las sombras de las redes sociales y el cuestionamiento ético fundamentado en la desinformación. 


En la campaña por la presidencia de la República quedó claro que ese los votos no se consiguen con ofertas sociales ni con las re-manidas promesas electoreras, sino con ofensas, afirmaciones alejadas de la realidad, injurias y calumnias, señalamientos irresponsables. Todos los que nos asomamos a Facebook o Twitter hemos caído en el juego sucio, Todos hemos participado de alguna manera, directa o indirectamente, unos mintiendo descaradamente, otros exponiendo verdades a medias y el resto publicando historias convenientes a su interés particular. Y todo dizque por salvar la democracia. ¿Cuál democracia? ¿La suya? o ¿la mía? 


Como sea, mañana elegiremos la persona que guiará durante cuatro años un país que merece mejor suerte que la mostrada hasta ahora. ¿Quién ganará? No importa. Los siete candidatos piensan en una mejor Colombia para los colombianos. Desde Bolívar y Santander se viene diciendo lo mismo. ¿Aguantaremos otros doscientos diez años más?